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Salud

Más de 600 millones de personas sufren enfermedades mentales

Un informe de la OMS indica que estas dolencias suponen un coste de casi un billón de euros a la economía global

Ampliar Los puntos cardinales de 'El demonio de la depresión'
Los puntos cardinales de 'El demonio de la depresión'
  • colpisa. madrid
Actualizado el 13/04/2016 a las 06:00
Cada vez más personas en el mundo tienen una enfermedad mental. Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya son más de 615 millones, un 30% más que hace 25 años. El aumento es más rápido que el crecimiento de la población de planeta y se calcula que, en la actualidad, casi uno de cada diez ciudadanos sufre ansiedad o depresión clínicas. Una situación que supone un coste de casi 900.000 millones de euros anuales a la economía global, así como incontables retos sanitarios y bienestar.

El último informe de la OMS, que publica la revista médica The Lancet Psychiatry, también ha descubierto que cada euro adicional que invierte un país en el tratamiento de enfermedades mentales reporta hasta cuatro euros adicionales a su economía. Una mejora que aparece en países ricos y pobres, y que deriva tanto de los beneficios para la salud de los ciudadanos como de su capacidad de trabajar mejor.

"Ya sabíamos que invertir en tratamientos para la depresión y la ansiedad es beneficioso para la salud y el bienestar, pero este nuevo estudio confirma que también tiene sentido económico", afirmó la directora general de la OMS, Margaret Chan, en un comunicado. "Ahora tenemos que encontrar manera de asegurarnos de que el acceso a los servicios de salud mental es factible para todos los que lo necesiten. Hombres, mujeres y niños. Y vivan donde vivan".

El estudio de la OMS ha estimado cuál sería el coste de mejorar los tratamientos de salud mental en 36 países -de todo nivel de desarrollo- y cuáles serían sus efectos sanitarios y económicos durante los próximos 15 años. Según sus datos, alcanzar los niveles de inversión que recomienda la propia organización supondría realizar un gasto de unos 128.000 millones de euros. "Pero los retornos superan con creces el coste", señalan.

GRANDES DIFERENCIAS

Según los cálculos de la OMS, se lograría una mejora del 5% en la participación de estas personas en el mercado laboral y su productividad, lo que aportaría unos 350.000 millones de euros adicionales a la economía del mundo. Además, la mejora de su salud -que supone menos atención sanitaria adicional- reportaría otros 270.000 millones adicionales. En total, una repercusión similar a de toda la economía de Suiza -o la mitad de la de España-.

"Pese a que cientos de millones de personas en todo el mundo viven con una enfermedad mental, estas dolencias siempre han permanecido en las sombras", protestó Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial. "Y hay que entender que no solo es una cuestión de salud pública, también es un problema para el desarrollo". La OMS considera que, por norma general, todos los países necesitan mejorar su inversión en el tratamiento de estas dolencias, pero que el principal déficit se encuentra entre los países en vías de desarrollo.

En promedio, solo el 3% del gasto público sanitario mundial se dedica a enfermedades como la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia. Sin embargo, las diferencias entre estados ricos y pobres son notables: en la mayoría de países ricos el porcentaje aumenta hasta el 5%, mientras que en los pobres puede ser del 1% o menor.

Estas diferencias se reflejan a lo largo y ancho de sus sistemas sanitarios. De media, los países en desarrollo dedican menos de dos euros por habitante a estas dolencias, y la proporción de camas en hospitales destinadas a la salud mental es de menos de cinco cada 100.000 habitantes. En los países ricos, aunque el gasto por habitante es muy dispar, el número de camas por cada 100.000 habitantes es normal que supere las 50. "Tenemos que actua ya porque esta clase de pérdida de productividad es algo que la economía global no puede permitirse", declaró el presidente del Banco Mundial.

Desde la OMS y el Banco Mundial quieren impulsar un aumento en las inversiones globales en estas áreas para mejorar el acceso a fármacos y a terapia en todo el mundo. "La salud mental tiene que ser una prioridad humanitaria", indicó Arthur Kleinman, experto de la universidad de Harvard en esta área. "Tenemos que tratar ya a los que lo necesitan, o las enfermedades mentales seguirán eclipsando el potencial de personas y países".
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