ENCIERRO
El encanto de la Curva de Mercaderes
Actualizada 15/07/2013 a las 13:53
El encanto fotográfico de la Curva de Mercaderes

Dos fotógrafos habituales en la Curva de Mercaderes cuentan por qué la Curva de Mercaderes continúa siendo un lugar deseado por los fotógrafos.
- saioa rolán. Pamplona
Entre las cuatro y las cinco y media de la mañana, la Curva de Mercaderes comienza a llenarse de cámaras. Se trata de un lugar privilegiado para obtener esa instantánea única del toro a escasos centímetros del objetivo sin jugarse el pescuezo.
Una quincena de fotógrafos esperan entre dos o tres horas cada encierro para 'pillar' un hueco en el vallado. Lo hacen como si de una pescadería se tratara. Un número por persona hasta completar los 13 huecos. Los adjudica, por orden de llegada, el fotógrafo más madrugador. Quienes se quedan fuera, tienen que buscar otro lugar.
El estadounidense John Kimmich repite cada año en 'la Curva' desde hace 20 años. Con el antideslizante evitando la caída de los toros en este punto, el veterano fotógafo confiesa que, "las fotos son menos espectaculares, pero continúan conservando 'ese' encanto".
Una quincena de fotógrafos esperan entre dos o tres horas cada encierro para 'pillar' un hueco en el vallado. Lo hacen como si de una pescadería se tratara. Un número por persona hasta completar los 13 huecos. Los adjudica, por orden de llegada, el fotógrafo más madrugador. Quienes se quedan fuera, tienen que buscar otro lugar.
El estadounidense John Kimmich repite cada año en 'la Curva' desde hace 20 años. Con el antideslizante evitando la caída de los toros en este punto, el veterano fotógafo confiesa que, "las fotos son menos espectaculares, pero continúan conservando 'ese' encanto".
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