Cartas de los lectores
Maltrato a un familiar en la sanidad pública navarra
"A día de hoy recuerda con temor y pena cómo fue tratada esos diez días"

- Mª Rosario Uceda Sánchez
Soy familiar muy cercano, mucho, de una persona que estuvo hospitalizada la pasada Navidad en el Hospital universitario de Navarra, Pabellón H2.
A día de hoy recuerda con temor y pena cómo fue tratada esos diez días. No quiere denunciarlo, ni siquiera respondió a la encuesta sobre su estancia, encuesta que recibió del centro en su móvil por SMS. Por si tiene que volver y hubiese represalias... Intento resumir: las enfermeras no acudían a retirar ni las mascarillas ni los fármacos que administraban por vía intravenosa. En alguna ocasión tuvo que ir ella misma al control de enfermería para pedir que se los retiraran.
Las auxiliares entraban en tromba y las obligaban- eran dos personas en la habitación- a dejar desayuno, medicación o cualquier otra cosa que interrumpiera su labor, las hacían levantar y se marchaban sin retirar siquiera la toalla que se había usado para la ducha, se quedaba en el baño hasta el día siguiente, sin secar por supuesto el suelo del baño, un lugar muy precario sin cortina ni mucho menos mampara. Las peladuras de la fruta no las recogían del plato, tenía que levantarse y ponerla en una bolsa que colgaba de la mesilla de noche y soportar todo el día la basura al lado de la nariz.
No quiero hablar del cambio de pañales... Podría añadir más cosas pero sólo será una: cada día mi familiar lloraba desconsolada porque sentía “que era una carga”. Pero es que lo era. ¿Se puede soportar algo así cuando se necesitan atención y cuidados? Ni siquiera hablo de humanidad, sólo de profesionalidad. Benditas profesiones vocacionales...