Biomedicina: consolidación de un sector emergente

Hace 20 años apenas se oía hablar de industria biomédica o biofarmacéutica en Navarra. La única empresa relacionada era Cinfa que, participada por cientos de farmacéuticos de toda España y con el apoyo de Sodena, ponía en marcha una ambiciosa iniciativa para entrar en el mercado de los medicamentos genéricos. Un concepto, el de los genéricos, que requería buscar su significado cuando todavía la Wikipedia no había hecho su aparición. Hoy, este sector tiene una relevante presencia en Navarra, con cuatro empresas con dimensión industrial. Además de Cinfa, propiedad de Infarco, que ha ido creciendo tanto en actividad, productos, inversiones como en plantilla, en este corto espacio de tiempo han ido surgiendo otras empresas en el sector ligadas a la innovación y a la tecnología. Las empresas que se han hecho hueco en este mercado tan novedoso como especializado son, además de la citada Cinfa, 3P Biopharmaceuticals, Idifarma y Lozy’s, vinculada al grupo Geiser Pharma. Entre todas ellas facturan 406 millones de euros y dan empleo a 1.523 personas. Cinfa absorbe la mayor parte de estas cifras con 371 millones de euros de facturación y 1.200 trabajadores. A estas empresas se unen otras iniciativas que no suponen siempre inversiones en instalaciones productivas pero que contribuyen al crecimiento del sector, algunas de ellas alojadas en el vivero de empresas del CEIN. Cabe destacar Ojer Pharma, Palobiofarma o Bionanoplus, entre otras. Además, dentro del sector se engloban también centros de investigación y tecnológicos como el CIMA, la Universidad de Navarra o Navarrabiomed. Entre todas ellas, Cinfa, propiedad de Infarco, y laboratorio líder en el mercado de los genéricos en España, tiene el honor indiscutible de haber sido el motor del sector y embrión del tejido empresarial en el sector biofarmacéutico en Navarra. Empresas como Geiser Pharma o Idifarma se han constituido por extrabajadores de Cinfa y tienen su sede en Navarra principalmente por ese motivo. De Cinfa, claramente, puede decirse que es un caso de éxito empresarial. A esta empresa se debe que el sector, comparado con otras regiones y en proporción a su tamaño, tenga en Navarra un peso importante. Para Juan Gordillo, director de general de Geiser Pharma, el biofarmacéutico es un sector en alza. “Se están creando bastantes empresas con proyectos muy interesantes”, dice. En su opinión hay que fomentar el espíritu emprendedor y apoyar la creación de empresas para impulsarlo. El Grupo Geiser está formado por Geiser Pharma, en Mutilva, dedicada al desarrollo de medicamentos de valor añadido, y Lozy’s Pharma, que desde 2016 tiene planta en Lekaroz donde fabrica caramelos medicamentosos para terceros. APOYO PÚBLICO También Cinfa es un ejemplo, que luego se ha trasladado a otras empresas del sector, en el que el apoyo público/institucional ha sido un ingrediente fundamental para el desarrollo de tejido empresarial. “No podríamos ser lo que hoy somos si no hubiéramos tenido el apoyo del Gobierno. El desarrollo de este sector en Navarra hubiera sido bastante más complejo sin la ayuda pública y sigue siendo hoy imprescindible”, explicó Julio Maset, director de desarrollo de la empresa. Los farmacéuticos de Cinfa tuvieron como compañero a Sodena, de 1996 a 2002, quien también participa en Idifarma, en 3P o en Palobiofarma, entre otras. A todas estas empresas les caracteriza el espíritu inversor, cada una en función de su tamaño. Es un sector que requiere grandes inversiones y cuyos resultados pueden tardar tiempo en materializarse debido a las altas exigencias regulatorias para la autorización de nuevas instalaciones o productos. El desarrollo de un medicamento genérico puede llevar más de 4 años desde el inicio hasta la obtención de la autorización de comercialización y suponer una inversión de más de un millón de euros. En el caso de un medicamento totalmente nuevo, el plazo puede extenderse hasta más de 10 años, con una inversión cientos de veces superior. El objetivo es siempre que haya evidencia científica que garantice que cualquier medicamento puesto en el mercado es seguro, eficaz y tiene la calidad suficiente. Son precauciones totalmente necesarias teniendo en cuenta que es la salud y calidad de vida de las personas lo que está en juego. Estos plazos que requieren los medicamentos hacen que, a pesar de las inversiones, los resultados puedan tardar en verse. No se trata de un sector de crecimientos explosivos, pero sí sostenidos. Quizá la excepción sea, de nuevo, Infarco que tiene un plan de inversión de 250 millones de euros entre 2016 y 2020. Pero hay algo más que caracteriza a este sector, y es la continua necesidad de incorporar mano de obra y su alta cualificación. El sector requiere, casi permanentemente, profesionales con titulación en farmacia, biología, química, medicina, etc. En una comunidad como Navarra no es siempre sencillo generar el número de profesionales que requiere esta industria y es un reto constante para el sector. Por citar un ejemplo, en 3P Biopharmaceuticals, con sede en Noáin, hay profesionales de hasta 14 nacionalidades, como destaca su director, Dámaso Molero. El hecho de que sea un sector tan joven hace que tampoco haya un tejido industrial de donde nutrirse por lo que es generalizada la incorporación de recién titulados a quienes las empresas ofrecen experiencia práctica y continuidad en el trabajo, algo que resalta Luis Oquiñena, director general de Idifarma. La industria de la biomedicina puede dividirse en dos grandes grupos: las empresas que comercializan medicamentos y las que prestan servicios al sector. Entre las primeras está lógicamente Cinfa que, además de comercializar, desarrolla y fabrica medicamentos que vende fundamentalmente en España, pero también en otros países (exporta un 8%). También estaría Geiser Pharma, que puede también fabricar en la nueva empresa Lozy’s, su planta de fabricación en Lekaroz. En el segundo grupo de empresas, las que prestan servicios al sector, estarían, por ejemplo, Idifarma o 3P Biopharmaceuticals. Estas empresas no tienen medicamentos propios, sino que desarrollan o fabrican medicamentos para otros laboratorios farmacéuticos y biotecnológicos nacionales o internacionales. “El objetivo es conseguir un tejido farmacéutico en Navarra que tenga presencia internacional. Será imposible que un laboratorio fabrique todas las formas posibles, tendrá que centrarse en las que les aporta valor y externalizar las otras. Ahí está el sentido de Idifarma, en la subcontratación de servicios”, apunta Oquiñena. INTERNACIONALIZACIÓN El nivel de internacionalización de estas empresas depende en gran medida del tipo de productos o servicios que comercializan. Porque exportar un medicamento puede requerir nuevos procedimientos regulatorios que hacen que sea largo en el tiempo, mientras que la prestación de servicios tiene menores barreras a nivel internacional. Esto hace que el porcentaje de negocio internacional de Cinfa sea relativamente bajo, un 8%, mientras que en el caso de Idifarma supera el 50%. Sin embargo, con el nuevo proyecto que Infarco (propietario de Cinfa) tiene en Madrid el objetivo es abordar el mercado exterior, sobre todo, el de EEUU. “La internacionalización, en nuestro caso, ha sido la forma de afrontar la crisis”, explica Luis Oquiñena, director general de Idifarma. Otra posible subdivisión de los productos farmacéuticos sería entre la industria farmacéutica tradicional, basada en principios activos creados por procesos químicos, frente a la incipiente industria biotecnológica, que se basa en principios activos creados por organismos vivos. Empresas como Idifarma o Geiser Pharma están centradas en medicamentos de origen químico, mientras que 3P Biopharmaceuticals se dedica al desarrollo y fabricación de sustancias activas de origen biológico. En el caso del grupo Infarco/Cinfa, actualmente está eminentemente dedicada a los medicamentos de origen químico, pero su interés por los medicamentos biotecnológicos se demuestra tanto en su participación en el accionariado de 3P Biopharmaceuticals como en la puesta en marcha de Cinfa Biotech, centrada en los biotecnológicos biosimilares. “La tecnología de los medicamentos biotecnológicos es novedosa, por lo que es más cara. En el grupo hemos querido aplicar la misma filosofía que con el genérico, para que pueda ser accesible a los pacientes”, añade Maset.

Biomedicina: consolidación de un sector emergente

Un caso de éxito empresarial como Cinfa es la locomotora que ha hecho de efecto llamada para que un sector como el de la biomedicina se instale en Navarra

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