El molino de Amaiur pasa el testigo a Elizondo
- N.GORBEA . PAMPLONA
Los secretos del moler, necesarios para la subsistencia en el pasado, quedaron desvelados ayer con la apertura al público de uno de los cuatro edificios dedicados a esta actividad en la comarca en el Día del Molino de Amaiur, cita a la que acudieron cerca de 300 personas. Entre las actividades previstas, los presentes pudieron disfrutar de una degustación gratuita de talos de queso y maíz ecológicos, visitar el castillo y la propia localidad, e incluso presenciar el cambio de testigo entre el molino de Amaiur y el molino de Berro, en Elizondo, que tuvo lugar sobre las 14 horas. "Es un día para disfrutar", dijo Felipe Oyarzabal, el molinero.