El
Gobierno de Navarra y la firma Iberdrola Renovables alcanzaron la semana pasada un acuerdo de cesión que faculta al Ejecutivo para intervenir sobre la
central hidroeléctrica de Bera, hoy día en desuso. La relevancia del compromiso suscrito estriba en la identificación de la central dentro del
proyecto Guratrans como un “elemento de interés con el objetivo de conseguir avanzar en la eliminación de barreras físicas para mejorar la continuidad fluvial y el ecosistema del río”.
Tal pretensión coincide con una de las líneas de trabajo de la
Dirección General de Medio Ambiente y Agua de los últimos doce años: “la restauración de la conectividad longitudinal del río Bidasoa y sus afluentes”.
El conjunto de elementos de la central (azud, canal y edificio de máquinas) se halla dentro del denominado
Lugar de Importancia Comunitaria Río Bidasoa, designado en julio como
Zona Especial de Conservación. Precisamente, su plan de gestión contempla como uno de los objetivos “permeabilizar los obstáculos existentes en el corredor acuáticos”. De manera concreta, una de las actuaciones recogidas en el propio documento base señala “la continuación de las medidas de permeabilización y d
erribo de presas en la cuenca del Bidasoa”.
El acuerdo alcanzado en días pasados deberá ser ratificado en las próximas semanas por el Servicio de Patrimonio del Gobierno de Navarra. Su firma concluye un p
roceso de mediación entre Iberdrola Renovables Energía y asociaciones, ayuntamientos y Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC).
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