AGUA
Urraúl Bajo lleva 20 años esperando una solución a su falta de agua
Este valle a 15 km de Itoiz no puede beber del embalse y gasta el 10% de su presupuesto anual en camiones cisterna Aguarda que se puedan adjudicar las obras antes de diciembre, empleando la ayuda prevista por el Gobierno
- ASER VIDONDO. ALDUNATE
El agua del embalse de Itoiz, a través del Canal de Navarra, empezó a regar cultivos de Valdizarbe en 2006. El año pasado alcanzó ya Pitillas, a casi 100 km del punto origen y en las inmediaciones de la Ribera. Sin embargo, a escasos 15 km de Itoiz aún no pueden beber de esta agua. Es el caso del valle de Urraúl Bajo (284 vecinos), donde necesitan de este recurso ante la cada vez mayor escasez de agua en sus depósitos procedente de manantiales y fuentes. Se ven obligados a destinar cada año el 10% del presupuesto municipal a abastecerse con camiones cisterna (30.000 euros sobre 300.000) y esperan que la ansiada solución definitiva llegue este otoño.
"El Gobierno nos da margen para adjudicar las obras hasta el 1 de diciembre para tener asegurada la subvención correspondiente a este año, unos 800.000 euros", destaca el alcalde de Urraúl Bajo, Luis Castillo Santesteban. "Para el año que viene se mantendría, pero ese dinero se lo quitaríamos a algún otro proyecto", explica.
Las obras, que se deben ejecutar a través de una Asociación Voluntaria de Municipios (Aoiz, Lónguida, Urraúl Bajo y Lumbier), las coordina el Ayuntamiento de Aoiz. Forman parte del Plan Director de Agua de la Zona 10 (Solución Irati), que preveía abastecer a estos cuatro municipios desde Itoiz.
Plan de más de 20 años
El Ayuntamiento de Urraúl Bajo censuró en marzo de 2011 que el plan de abastecimiento de agua en alta se había aprobado hacía 20 años y aún no tenían agua, denunciando "promesas incumplidas".
Se han realizado las fases 1, 2 y 3 (tubería central de Aoiz a Lumbier, y ramales a parte de los pueblos de Lónguida), iniciadas en la legislatura 2003-07 y acabadas en 2009. Costaron 4,5 millones, subvencionados al 100% por el Gobierno. Itoiz entró en servicio en 2008.
Quedan las fases 4 y 5, de algo más de 1,5 millones, que llevarán los ramales a Meoz y Villanueva, en Lónguida, y a todas las poblaciones de Urraúl Bajo (Grez, Sansoáin, Nardués-Andurra, Artieda, San Vicente, Rípodas, Tabar, Nardués y Aldunate). Aquí, por un cambio legal, el Gobierno pagará sólo el 90%, abonando la diferencia los cuatro municipios según su población. Esto, unido a los problemas económicos generales y la demora en los pagos del Gobierno a Aoiz, entre otras cuestiones, han retrasado las obras.
Los proyectos están aprobados. El alcalde de Aoiz, Unai Lako, explica que "se está terminando el periodo de expropiaciones" para licitar las obras y empezar antes de fin de año. "El Gobierno nos pagó lo que nos debía de la tercera fase, pero aún faltan más de 120.000 euros de obras complementarias de la primera y segunda fase", dice.
"Nosotros pagaremos el 7% del 10% no subvencionado, unos 25.000 euros, lo mismo que nos gastamos cada año en los camiones", remarca Castillo.
"El agua pasa delante de nuestras narices"
Unos se han tenido que marchar alguna vez a la casa de sus parientes más cercanos para duchar a sus hijos, y esa casa estaba en Zarauz. Otros han construido depósitos de 40.000 litros para almacenar agua de lluvia y poder regar su huerta. Otros llenan sus bajeras con decenas de garrafas de agua... En Aldunate, uno de los nueve pueblos del valle de Urraúl Bajo, de 15 vecinos, algo tan básico como el agua en boca no está garantizado.
"Cada vez llueve menos y el manantial que abastece nuestro depósito está más seco que nunca, no da de sí", explica el alcalde del valle y vecino de Aldunate, Luis Castillo. Desde primavera a bien entrado el otoño, reciben un camión cisterna semanal. Mientras llega el abastecimiento definitivo desde Itoiz (ramales desde la canalización hecha de Aoiz a Lumbier), en el valle cada año contratan 200 camiones cisterna, lo que conlleva a ayuntamiento y concejos un gasto de unos 30.000 euros.
"Puede pasar que un día no haya agua, o que si hay poca y se rellena el depósito, estemos dos con agua turbia. No se puede beber y se estropean electrodomésticos", destaca Jesús Mª Itúrbide Burguete, de Aldunate y 46 años. "No se sabe lo importante que es el agua hasta que falta. Vine a vivir aquí hace 10 años y decían que el problema se iba a solucionar... y hasta hoy", lamenta Severino Fernández Colinas, de 68. "El agua pasa por el valle, delante de nuestras narices, y no nos llega. Mientras, riegan con ella en la Ribera. Es tercermundista, indignante", denuncia Luisa Linares Cazalilla, de 65. Dicen estar "muy mentalizados" por la escasez y consumir "menos de lo necesario".
"Comprábamos hasta ahora el agua a Lumbier y a la Mancomunidad de Sangüesa. Nos cobraban 0,5 céntimos el metro cúbico (el Gobierno subvenciona el 50%), más 20 euros de tasa por camión. El camionero, otros 80 euros por viaje", explica el alcalde. Ahora toman en Rípodas el agua de la canalización Aoiz-Lumbier, y se ahorran la tasa de 20 euros. Artieda ha adaptado un ramal desde la tubería general y llena su depósito cuando lo necesita.
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