La celebración del Cristo en la Columna pone fin a las fiestas patronales
- La comparsa de gigantes actuó al concluir el oficio religioso y se despidió de los niños y mayores
- RAFAEL VILLAFRANCA . CASCANTE
Cascante cerró sus fiestas patronales el pasado domingo con la celebración religiosa del Cristo en la Columna, patrón de la ciudad junto a la Virgen del Romero. Hubo auroras y una misa como actos más importantes de la jornada.
La fiesta del Cristo de la Columna se inició con el canto de la aurora por las calles de la ciudad ribera. No obstante, la misa a las doce del mediodía, con la asistencia de la corporación municipal, fue el principal acto religioso. La iglesia de la Asunción se llenó de fieles para despedir las fiestas y para festejar al segundo patrón de la ciudad, el Cristo en la Columna, cuya talla del siglo XVII, engalanada con centros florales, presidió la ceremonia en el presbiterio.
La eucaristía fue oficiada por el párroco Javier Ignacio Villava Primo y el agustino cascantino Jesús Planillo Bartos. En el inicio, los niños de la catequesis colocaron el escudo de Cascante a los pies del Cristo. La función religiosa estuvo armonizada por el coro parroquial y los alumnos de la escuela de jotas entonaron una pieza al patrón.
En esta ocasión, la ofrenda floral se redujo a la que efectuó el ayuntamiento y que presentaron las concejalas Milagros Agramonte y María Asun Úcar. Por otra parte, los vecinos Raquel Villafranca y Jesús Barea presentaron al copatrón los pañuelos de las peñas montados en una gigantesco cuadro. Al finalizar se entonaron los gozos al Cristo y se pasó a besar la reliquia.
Ofrenda floral
A la salida de la iglesia se presentaron los gigantes y cabezudos que llegaban de concluir su última ronda por las calles de la ciudad. En la plaza de los Fueros recibieron besos, cariño y caricias de los niños. La comparsa ofreció sus últimos bailes y, a la conclusión, hubo lanzamiento de caramelos para endulzar de este modo la triste despedida.
Los recortes presupuestarios del ayuntamiento no contemplaban los encierros habituales de esta jornada, Día del rancho, pero la suspensión y aplazamiento del encierro vespertino del pasado viernes hizo posible que el domingo se corriera un encierro a las ocho de la tarde.