Un nuevo
deslizamiento de la ladera situada en la peña de
Cárcar, en el término de
Las Bombas, donde en el 2013 se produjeron dos desprendimientos desde 20 metros de altura, hace peligrar -aún más si cabe- la precaria situación de la mota que separa el Ega con el regadío y en la que la semana pasada aparecieron nuevas grietas.
El deslizamiento de la ladera, tierra y árboles, ha estrechado el caudal del río dirigiendo la fuerza del caudal hacia la mota, lo que incrementa la erosión sobre lo que queda de escollera. La mota del Ega resultó muy dañada tras la
crecida del 2013, cuando se desprendieron 8 metros por la erosión. Este mismo año, una nueva crecida deterioró aún más la escolla. Los trabajos acometidos por el Ayuntamiento y subvencionados por el Gobierno, reforzaron la orilla bajo la peña, un refuerzo que el domingo volvió a caer en mitad del cauce, estrechándolo.
Selección DN+