Jóvenes estudiantes de entre 16 y 17 años han decidido dedicar parte de sus vacaciones a una iniciativa solidaria: compartir su tiempo libre con las personas mayores que viven en las
tres residencias de Tudela. Y todo gracias a un proyecto de voluntariado que organizan los
colegios de Jesuitas de Navarra y País Vasco desde la década de 1990. Los voluntarios proceden de los colegios de Bilbao, Pamplona, Durango y Vitoria.
La primera tanda de 36 jóvenes llegó el 23 de junio a Tudela y desarrolló su labor hasta el día 29. La segunda, de 34, comenzó el 30 de junio y concluirá hoy sábado.
Ambos grupos preparan un plan de actividades que llevan a cabo con las personas mayores todas las mañanas, de lunes a sábado. Los jóvenes se dividen en grupos para acudir a las tres residencias, la de Nuestra Señora de Gracia, conocida como La Milagrosa; la Real Casa de Misericordia; y Torre Monreal.
A partir de ahí, llevan a cabo distintas actividades, que van desde visitas por Tudela, como por ejemplo a la catedral, a juegos dentro de las residencias. De hecho, ayer jóvenes y mayores disfrutaron con un animado bingo. También colaboran en dar de comer a los residentes.
Paul Zalduendo Etayo, monitor del campo de trabajo, comentó que la jornada de los jóvenes, que pernoctan en el colegio de Jesuitas de Tudela, comienza a las 8 horas con la celebración de una oración.
A continuación se desplazan hasta las residencias para pasar la mañana con los mayores y luego comen en el colegio tudelano. Por la tarde también tienen tiempo para el ocio, ya que acuden a las piscinas municipales, y luego preparan las actividades del día siguiente.
Visita a la catedral
Una de las iniciativas con mayor aceptación entre los residentes es la citada visita a la catedral. Según comentó Zalduendo, a los mayores les gusta mucho está salida porque les permite pasear por Tudela y, sobre todo, ver a la patrona Santa Ana en su capilla.
También resaltó la tarde que los voluntarios dedicaron a visitar un centro educativo de Cascante, donde un grupo de voluntarios trabaja con jóvenes con necesidades especiales.
El responsable del proyecto es el jesuita Pello Azpitarte Iribar, que asegura que el objetivo es que los chavales compartan su tiempo con personas mayores y consigan crecer con ello. “Es una experiencia enriquecedora que les genera conocer otras amistades y conseguir un crecimiento muy interesante”, afirmó.
Zalduendo también comentó que la clave del campo de trabajo es que está formado por “chavales de diferentes realidades, que crean lazos de amistad en torno al servicio a otros”, añadió.
Selección DN+