Concurso Conocer Navarra
Actualizada 23/08/2013 a las 06:01
La Ribera, belleza del sur
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NATURALEZA, ARTE Y RELAJACIÓN
Fitero es muy conocido por su prestigioso balneario, famoso por las cualidades terapéuticas de sus aguas. Pero además de un lugar donde relajarse y tomar un baño saludable o uno de sus diversos tratamientos, atesora un rico patrimonio, tanto a nivel natural como histórico y artístico. Para disfrutar de unas vistas excepcionales de la zona es imprescindible visitar el Mirador de Fitero. Se encuentra en el mismo Centro Termal Baños de Fitero, situado a unos 4 kilómetros de la localidad y 23 de Tudela. Tan solo hay que recorrer unos 200 metros desde el Hotel Gustavo Adolfo Bécquer y desde este balcón especial podrá contemplarse una panorámica del valle del Alhama, así como el Macizo de las Roscas y la Cruz de la Atalaya.
Este enclave también tiene un pasado histórico muy importante, que explican desde la Oficina de Turismo de Fitero: "En el siglo XII, en el término municipal de lo que hoy en día es Fitero estaba el Mojón de los Tres Reyes, un sitio donde cada uno de los tres reyes de Castilla, Navarra y Aragón se sentaron en su terreno compartiendo mesa. El mirador sigue siendo referencia de Navarra, Zaragoza y La Rioja".
Otra parada clave al recorrer este pueblo ribero es su Monasterio, el primero construido en la Península Ibérica por la orden cisterciense, en 1140, y Monumento Nacional desde 1931. Se ofrecen visitas guiadas y también puede recorrerse por libre. El horario de las guiadas hasta el 31 de agosto es de lunes a sábado a las 12 y a las 17.30 horas; y los domingos y festivos religiosos, a las 12.45, cuando finaliza la misa; y las 17.30 horas.
Además, se pueden recorrer cuatro senderos distintos para descubrir el entorno, como el paseo peatonal a la Cruz de la Atalaya, de 7,7 kilómetros (220 metros de desnivel y apto para BTT); el Sendero a la Ermita de la Virgen de la Soledad, que comienza en el mirador y está a menos de un kilómetro (señalizado, poco accesible, con escaleras); el circuito alrededor de Roscas, de 8 kilómetros, hasta la Cueva de la Mora; y el paseo de 4 kilómetros que conduce a Fitero. Además, desde la Oficina de Turismo también aconsejan realizar rutas a caballo, que se ofrecen en el Club Hípico Jose Mari, ubicado en la localidad, y visitar el yacimiento de Peñahitero.
Fitero es muy conocido por su prestigioso balneario, famoso por las cualidades terapéuticas de sus aguas. Pero además de un lugar donde relajarse y tomar un baño saludable o uno de sus diversos tratamientos, atesora un rico patrimonio, tanto a nivel natural como histórico y artístico. Para disfrutar de unas vistas excepcionales de la zona es imprescindible visitar el Mirador de Fitero. Se encuentra en el mismo Centro Termal Baños de Fitero, situado a unos 4 kilómetros de la localidad y 23 de Tudela. Tan solo hay que recorrer unos 200 metros desde el Hotel Gustavo Adolfo Bécquer y desde este balcón especial podrá contemplarse una panorámica del valle del Alhama, así como el Macizo de las Roscas y la Cruz de la Atalaya.
Este enclave también tiene un pasado histórico muy importante, que explican desde la Oficina de Turismo de Fitero: "En el siglo XII, en el término municipal de lo que hoy en día es Fitero estaba el Mojón de los Tres Reyes, un sitio donde cada uno de los tres reyes de Castilla, Navarra y Aragón se sentaron en su terreno compartiendo mesa. El mirador sigue siendo referencia de Navarra, Zaragoza y La Rioja".
Otra parada clave al recorrer este pueblo ribero es su Monasterio, el primero construido en la Península Ibérica por la orden cisterciense, en 1140, y Monumento Nacional desde 1931. Se ofrecen visitas guiadas y también puede recorrerse por libre. El horario de las guiadas hasta el 31 de agosto es de lunes a sábado a las 12 y a las 17.30 horas; y los domingos y festivos religiosos, a las 12.45, cuando finaliza la misa; y las 17.30 horas.
Además, se pueden recorrer cuatro senderos distintos para descubrir el entorno, como el paseo peatonal a la Cruz de la Atalaya, de 7,7 kilómetros (220 metros de desnivel y apto para BTT); el Sendero a la Ermita de la Virgen de la Soledad, que comienza en el mirador y está a menos de un kilómetro (señalizado, poco accesible, con escaleras); el circuito alrededor de Roscas, de 8 kilómetros, hasta la Cueva de la Mora; y el paseo de 4 kilómetros que conduce a Fitero. Además, desde la Oficina de Turismo también aconsejan realizar rutas a caballo, que se ofrecen en el Club Hípico Jose Mari, ubicado en la localidad, y visitar el yacimiento de Peñahitero.
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