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Las fuentes de Ancín se secan con pocas opciones de recuperación inmediata

El pozo de bombeo de agua potable ha tenido que ser reforzado ante la bajada del nivel

  • R.A. . ESTELLA
Publicado el 03/11/2011 a las 01:00
En las últimas cuatro generaciones que la memoria y los testimonios orales abarcan los vecinos de Ancín no habían visto cómo la mayor parte de las fuentes se secaban durante el año completo. Nadie sabe si había sucedido antes, pero lo cierto es que el hecho de que prácticamente todos los manantiales espontáneos estén secos preocupa a una población de 400 habitantes que estos días mira al cielo con la esperanza de que las lluvias que se anuncian sirvan para paliar algo la situación.
"El estiaje siempre ha influido y más en un año seco como éste, pero lo que nunca había pasado es que, por ejemplo, la fuente del Encino estuviese seca durante todo el año hidrológico, de octubre a octubre. Lo mismo ha ocurrido en la de San Fausto", explica Juan Iriberri Hita, un vecino que ha seguido atentamente la evolución de estas "veneras", como se denominan en la zona. La fuente del Encino es un entorno natural y ecológico muy apreciado en el pueblo, que en épocas pasadas se reunía en el ambiente fresco y sombreado de las encinas para aliviar el calor del verano. En 2009 el término se recuperó con un auzolán para instalar merenderos y paneles explicativos. Pero este año no ha habido agua con la que refrescarse.
Surgencias espontáneas
Las fuentes de Ancín son un grupo de pequeños manantiales que afloran de forma espontánea desde el acuífero de Lóquiz, que abastece de agua prácticamente a toda la merindad. La que se conoce como fuente de San Fausto, por ejemplo, consta de varios surtidores, que nutren desde una fuente de agua potable al lavadero, cuya pila y conducciones llevan también un año secas. Allí mismo está también el pozo de bombeo de agua para el pueblo, cuyo nivel ha bajado tanto, que ha sido necesario reforzarlo este verano con una pequeña tubería que deriva el agua de otro manantío que surge a pocos metros. "Es una situación nada usual y son muchos los vecinos que nos han comentado su preocupación", explica el alcalde, Javier Dallo Díaz de Cerio, que aclara por otro lado que el consistorio no ha tomado una postura oficial en este sentido. Además de San Fausto y la del Encino son otras las fuentes de Ancín que ya no manan, como las de Burbudeas o Serafín. Hoy en día sólo afloran débiles hilos en las fuentecillas del Molino.
La causa más inmediata está muy clara y no es otra que la falta de lluvia y sobre todo, de nieve, que es la que más repone las aguas subterráneas, que no se recuperan con unas pocas precipitaciones. "En un año hidrológico normal caen algo más de 700 litros en esta zona y este año sólo han sido 500", indica Iriberri, que calcula que hacen falta al menos otros 400 litros para que la fuente del Encino, por ejemplo, vuelva a manar.
Pero este vecino defiende que no es la sequía la única responsable del agravamiento de la situación. "La clave está en una explotación cada vez mayor del subacuífero por parte de la Mancomunidad de Montejurra. Aunque el agua se extraiga a mayor profundidad, esa detracción hace bajar a las aguas más superficiales", argumenta.
La riqueza hídrica de Ancín hace que efectivamente uno de los principales pozos de abastecimiento de la Mancomunidad esté situado allí. Ha llegado a haber dos, aunque sólo uno está ahora en uso. "El suministro no afecta a las fuentes superficiales porque hablamos de niveles freáticos distintos. Además, en los últimos años los consumos indirectos no han subido, sino que se han reducido a causa de la crisis y las menores demandas industriales. Tampoco se han añadido nuevas poblaciones, salvo Viana y Azagra, que se nutren del acuífero del Ebro", contrapone Laureano Martínez, gerente de la Mancomunidad de Montejurra. Desde la obra de abastecimiento de la zona Noroeste una buena parte de las necesidades de esta zona se cubren con los pozos de Ancín y Mendaza. Del primero se extraen anualmente 4 h3 de agua anuales, que surten principalmente a Estella, Valdega y Metauten, así como Ayegui y urbanizaciones.
Echávarri (Allín) y Gastiáin (Lana) también notan la falta de aguaLa unidad hidrogeológica de la sierra de Lóquiz conforma un acuífero con cuatro manantiales principales, Itxako, Alborón y Ancín, muy próximos entre sí, y Genevilla. En los extremos situados a cierta altitud existen localidades caracterizadas por la generosidad de sus fuentes, como pueden ser Gastiáin o Echávarri, en los valles de Lana y Allín, respectivamente. "Las dos fuentes, tanto la que está a la entrada como la situada en la parte alta están secas, pero es algo que sucede todos los veranos. Quizá este año más pronto por la ausencia casi total de nieve, pero sin llegar a ser alarmante", explicaba Rubén Landa, presidente del concejo de Gastiáin. Asun Galdeano desde Echávarri daba una impresión parecida. "Muchas fuentes se han secado, pero eso es lo normal. Las que están recogidas siguen trayendo agua, aunque mucha menos. Pero de momento es suficiente para el pueblo. Hasta cuándo, no lo sabemos", indicaba.
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