El guión del día que las
fiestas de Estella dedican a sus
pequeños diseña a su tamaño una
réplica de actos idénticos a los de los
adultos. Ocurre así con el
cohete, también al mediodía y desde el
balcón consistorial, pero lanzado esta vez por manos infantiles. Las de Edward Ugal Amador, de 12 años y alumno del colegio público Remontival que ayer prendió la mecha con la que se iniciaba el día del niño.
“Estellicas, viva la
Virgen del Puy, vivan las fiestas de
Estella, gora Lizarra”, gritaba ante una calle ya con muchos más huecos que el
Viernes de Gigantes y ocupada sobre todo por
niños acompañados por sus padres.
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