Con la paciencia y el entusiasmo de quien conoce, cree y ama lo que hace,
María José Loly de Cooman cuenta cómo y por qué surgió la idea de
confeccionar almohadas en forma de corazón, que
alivian el dolor y las molestias a las mujeres operadas de cáncer de mama. María José Loly de Cooman nació hace 81 años en Bélgica, en Flandes, donde su nombre se acorta como
Micky, un diminutivo que, desde hace cuatro años, da nombre al proyecto de las almohadas.
En Navarra, María José, Micky, Loly, ha visitado el CIMA y ha llevado, junto con las
voluntarias navarras que siguen su proyecto, sesenta almohadas del corazón a la
Clínica Universitaria para que las distribuyan entre las pacientes que lo deseen.
María José Loly de Cooman, azafata y políglota que se casó con un mallorquín y que desde hace 58 residen en Baleares, indicó que Loly es su primer apellido. “En Flandes y también en Mallorca, todos me llamaban y llaman Micky”. Explicó que conoció el proyecto de la almohada del corazón cuando buscaba algún medio de aliviar a una amiga, operada de cáncer de mama. “La idea nació en Tennesse (EE UU) cuando a una enfermera mastectomizada le regalaron un cojín para que apoyase el brazo.
DE DINAMARCA A MALLORCA
De allí el proyecto saltó a
Dinamarca y a
Mallorca. “La almohada
se sitúa bajo el brazo para poder descansar y sentarse, evitando dañar los músculos del hombro y que el brazo se hinche debido a las glándulas. Las pacientes aseguran que gracias al cojín
disminuye el peso y la hinchazón del brazo”.
Por aquel entonces, Micky Loly de Cooman dirigía la Asociación Cosipatcwork de Baleares. ”Les propuse la idea y comenzamos a hacer almohadas”. Después se creó la asociación 'Proyecto Micky, Almohada del Corazón'. Desde entonces (2010), se han creado
290 grupos de mujeres que cosen y reparten almohadas. “Yo he hecho
3.760 almohadas y todavía me emociono cuando entrego una. Porque todas van acompañadas con una
frase de ánimo y de esperanza”.
Uno de los grupos involucrados en el proyecto de Micky Loly surgió en la ribera de Estella, primero en
San Adrián, de la mano de
Mari Carmen Palacios Estébanez, también operada de cáncer de mama que conoció la iniciativa en el 2011. Después, se han ido involucrando mujeres de Andosilla, Cárcar, Lodosa, Los Arcos, Lerín y Mendavia. “Hemos entregado hasta la fecha doscientas almohadas en esta zona”, apuntó Mari Carmen Palacios.
Las almohadas del corazón
se entregan gratuitamente, nunca se venden. Cada una es única, como las mujeres a las que van dirigidas. Para financiarse y comprar las telas necesarias para su confección, las voluntarias de los distintos grupos venden a cinco euros unos
pins con un doble lazo rosa en forma de corazón. Cada uno representa una almohada. “También
se admiten donativos o telas, pero los cojines no se venden, se regalan siempre envueltos y con una frase de ánimo”, apuntó Micky Loly de Gooman.
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