En su penúltimo día de fiestas patronales, Lazagurría celebró ayer su tradicional Día de la Pochada, uno de los eventos más atractivos y con mayor afluencia de visitantes de la localidad.
Más de
400 personas se reunieron para comer en las mesas colocadas a lo largo de la calle Mayor del pueblo para desgustar el plato. “Esta vez es la que más comensales ha tenido en todos los años que llevamos realizando el Día de la Pochada”, explicó Máximo López Caro,
alcalde de Lazagurría.
Como en otras ocasiones, esta degustación contó con la presencia de numerosos políticos de la merindad, así como el presidente del Parlamento
Alberto Catalán, el alcalde de Pamplona Enrique Maya, y representantes de otros ayuntamientos como el de Sesma, Torres del Río, San Adrián, Lerín, Andosilla y Barañáin. También se encontraba la alcaldesa de Estella
Begoña Ganuza. Junto a estos estaban algunos de sus respectivos ediles y otras personalidades como Jose María Osés, el párroco de Lazagurría.
Además, también acudió a la celebración el concejal estellés Félix Alfaro, que en este caso no venía en representación de la casa consistorial, sino a acompañar a su mujer Feli Cantón Baños y a la hermana de esta, Nati, tía y madre de
Pablo Hermoso de Mendoza, respectivamente. “Nacimos en el pueblo y solemos venir todos los años en fiestas”, decía la última.
Las encargadas de preparar esta comida popular fueron las hermanas Amparo, Jesu y Pili Alcalde Mayayo, antiguas dueñas del restaurante Iruña, que se encontraba en la calle Laurel de Logroño.
Este trío, que aunque nació en Lazagurría está afincado desde hace más de 50 años en la ciudad riojana, se encarga desde hace años de cocinar las legumbres. Los pinches Araceli Retes Beitia, Javier Ezquerro Arza, José Ángel Palacios Hidalgo , Jesús Sagredo, Jesús Sagredo Garde y Blas Laño ayudaron a preparar los platos.
El grupo se reunió en torno a las 9 de la mañana en la bajera de la vecina Asunción Sanz Arzoz, para cocinar durante unas 6 horas 100 kilos de alubias y 40 kilos de lomo, que ocuparon
5 y 4 ollas, respectivamente. “Nos hemos organizado y compenetrado bien ”, decía Retes. Juntoa ellos, también guisó Manuel Artolozaba Pérez, concejal de festejos del ayuntamiento infantil, de 9 a ños,
La pochada comenzó en torno a las
15.30 y además de alubias y carne se sirvió bebida, pan y postre (tiramisú y café) por el precio de 7 euros para todos aquellos que quisieron asistir. En la sobremesa comenzó un pasacalles brasileño en el que bailarinas, tambores y acrobacias de capoeira ambientaron las calles de la mano del grupo Black Color.
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