fiestas de estella
Actualizada 26/08/2013 a las 08:17
Peñas y txoznas ven a un sector de la hostelería detrás del horario festivo
- Los colectivos de Estella creen que el Ayuntamiento ha cedido ante la presión de algunos bares
- m.p.amo. estella
Los colectivos de Estella a los que afectará estas fiestas la regulación de la música en la calle durante las madrugadas no se resignan a unos límites en los horarios cuando ya todas sus programaciones están cerradas e intentan a contrarreloj que el Ayuntamiento reconsidere su postura. El Viernes de Gigantes deberá interrumpirse la música a las 3,45 de la madrugada, el sábado a las 4,45 y el resto de los días a las 3.30. Representantes de las dos peñas locales -San Andrés y La Bota- y de Lizarrako Festa Giro Taldea, que promueve las txoznas de la trasera de autobuses, solicitaron este martes en el Ayuntamiento una reunión con la alcaldesa, Begoña Ganuza.
Será este jueves, pese al carácter festivo de la jornada por Santiago Apóstol, cuando trasladen el tema a la primer edil. Intentarán que haya marcha atrás en una decisión tras la que ven presiones de un sector de la hostelería local por la pérdida de clientela hacia otros puntos donde haya también música y precios más competitivos en las consumiciones. Ahí estriba para ellos, y no en las quejas de los vecinos que residen junto a las zonas donde se instala la música, la verdadera causa de que, por primera vez, no puedan prolongarla por encima de las verbenas de la plaza de los Fueros.
Javier Nicuesa Santamaría -San Andrés- y Jorge Moreno Moreno y Txomin Bengoa Lacarra -de La Bota- representan a las dos únicas peñas locales, con actividad a lo largo de todo el año y con barra y música durante el conjunto de la semana festiva. El caso de las txoznas resulta diferente, porque organizarán sus conciertos los tres primeros días además de la víspera, jueves 1 de agosto.
Entre ellos hay argumentos coincidentes. "Nos enteramos de que iban a limitar los horarios por la prensa, cuando ya teníamos organizados los programas, contratado gente para ello y anunciado las actividades. No había necesidad de actuar de esa manera", explicaba Txomin Bengoa, que reivindicó el papel de estas asociaciones para atraer gente a la ciudad durante esos días. "Yo no me creo que esto se deba a las quejas de los vecinos, sino a las presiones que algunos hosteleros, funcionando como un lobby, han ejercido en el Ayuntamiento". Los colectivos piden el mismo horario que los bares para su música, aunque entrarían a negociar una solución intermedia. ¿Cuál sería para ellos? De no lograr hasta las ocho como los bares, sí accederían a hacerlo una hora antes que en años anteriores, cuando sus límites se igualaban a los de la hostelería. "Está claro que si nosotros acabamos antes, la gente se va a ir a los bares y eso es lo que se pretende", señalaron.
A PRECIOS POPULARES
Javier Nicuesa recordó que, aún así, el año pasado perdieron 6.500 euros, una cantidad que iría a más si se les aplica esa reducción horaria. "Este año tenemos un presupuesto de 28.500 euros para fiestas y no estamos para ganar dinero, sino para que la gente se lo pase bien. Entendemos que los bares pagan impuestos, pero también los colectivos pagamos, como sociedad funcionamos durante todo el año con actividades y solo para fiestas contratamos a nueve camareros", apuntó. Y se refirió a la importancia de unos precios populares no ajenos a circunstancias personales como el desempleo o los recortes salariales.
Muy crítico se mostró también Jorge Moreno, de La Bota. "Esos bares que se quejan, ¿qué hacen durante todo el año?. La gente no solo va al precio más barato, sino allá donde se ofrece algo, donde hay ambiente. Aparte de una verbena en la plaza, ¿qué más se aporta esos días?", se preguntó. Confió en que todo sea "una cabezonería" y se "recapacite".
Será este jueves, pese al carácter festivo de la jornada por Santiago Apóstol, cuando trasladen el tema a la primer edil. Intentarán que haya marcha atrás en una decisión tras la que ven presiones de un sector de la hostelería local por la pérdida de clientela hacia otros puntos donde haya también música y precios más competitivos en las consumiciones. Ahí estriba para ellos, y no en las quejas de los vecinos que residen junto a las zonas donde se instala la música, la verdadera causa de que, por primera vez, no puedan prolongarla por encima de las verbenas de la plaza de los Fueros.
Javier Nicuesa Santamaría -San Andrés- y Jorge Moreno Moreno y Txomin Bengoa Lacarra -de La Bota- representan a las dos únicas peñas locales, con actividad a lo largo de todo el año y con barra y música durante el conjunto de la semana festiva. El caso de las txoznas resulta diferente, porque organizarán sus conciertos los tres primeros días además de la víspera, jueves 1 de agosto.
Entre ellos hay argumentos coincidentes. "Nos enteramos de que iban a limitar los horarios por la prensa, cuando ya teníamos organizados los programas, contratado gente para ello y anunciado las actividades. No había necesidad de actuar de esa manera", explicaba Txomin Bengoa, que reivindicó el papel de estas asociaciones para atraer gente a la ciudad durante esos días. "Yo no me creo que esto se deba a las quejas de los vecinos, sino a las presiones que algunos hosteleros, funcionando como un lobby, han ejercido en el Ayuntamiento". Los colectivos piden el mismo horario que los bares para su música, aunque entrarían a negociar una solución intermedia. ¿Cuál sería para ellos? De no lograr hasta las ocho como los bares, sí accederían a hacerlo una hora antes que en años anteriores, cuando sus límites se igualaban a los de la hostelería. "Está claro que si nosotros acabamos antes, la gente se va a ir a los bares y eso es lo que se pretende", señalaron.
A PRECIOS POPULARES
Javier Nicuesa recordó que, aún así, el año pasado perdieron 6.500 euros, una cantidad que iría a más si se les aplica esa reducción horaria. "Este año tenemos un presupuesto de 28.500 euros para fiestas y no estamos para ganar dinero, sino para que la gente se lo pase bien. Entendemos que los bares pagan impuestos, pero también los colectivos pagamos, como sociedad funcionamos durante todo el año con actividades y solo para fiestas contratamos a nueve camareros", apuntó. Y se refirió a la importancia de unos precios populares no ajenos a circunstancias personales como el desempleo o los recortes salariales.
Muy crítico se mostró también Jorge Moreno, de La Bota. "Esos bares que se quejan, ¿qué hacen durante todo el año?. La gente no solo va al precio más barato, sino allá donde se ofrece algo, donde hay ambiente. Aparte de una verbena en la plaza, ¿qué más se aporta esos días?", se preguntó. Confió en que todo sea "una cabezonería" y se "recapacite".
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