Un referente en la obra de Javier Guibert
- La parroquia de Santiago, en el barrio de la Chantrea, fue uno de los trabajos destacados del recientemente fallecido arquitecto navarro
- A.O. . PAMPLONA
EN las entrevistas que concedió, el arquitecto navarro Javier Guibert Tabar, fallecido el pasado 8 de septiembre, siempre citaba como una de sus mejores aportaciones a la ciudad de Pamplona la iglesia parroquial de Santiago que diseñó, junto a su compañero Fernando Redón, para el barrio de la Chantrea.
El edificio, rompedor para aquellos años, está protegido con un grado 3 en el catálogo del Plan Municipal de Pamplona. En él se alude a su imagen "singular", que se asemeja a "una gran tienda de campaña apoyada directamente en el suelo y cuyos faldones quebrados que se intersectan, van dejando entradas de luz que penetra desde el sureste para iluminar directamente el altar, foco donde converge la luz y el espacio de este singular edificio". Y añade que su planta en abanico acoge al altar, como en las corrientes del "aggiornamento" de la iglesia católica postconciliar.
Además de Guibert y Redón, en la construcción colaboró el ingeniero Javier Manterola, encargado de la estructura.
Las obras, debido principalmente a su coste (11 millones de las antiguas pesetas), sufrieron varios parones. Los feligreses del barrio contribuyeron a las obras mediante participaciones con cuotas mensuales que oscilaban entre las 25 y las 400 pesetas. Cuando se inauguró el templo, a finales de los años 60, contaba con 4.000 feligreses de los que el 22 por ciento eran niños menores de 7 años. Inicialmente junto al centro se iba a levantar un monumento al Sagrado Corazón promovido por los Jesuitas, aunque finalmente esta imagen no se llegó a realizar.