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ARQUEOLOGÍA

Un antiguo osario ocultaba en la catedral de Pamplona restos romanos del siglo I a.C.

El muro, " del siglo I o I antes de Cristo", estaba bajo un osario donde se conservaban restos trasladados del claustro

  • PILAR FDEZ. LARREA . PAMPLONA
Publicado el 06/08/2011 a las 01:01
Arqueólogos, historiadores, restauradores y canónigos se han encontrado con un nuevo hallazgo relevante en la catedral de Pamplona: un muro romano, por su envergadura perteneciente a un "edificio importante de Pompaelo", de la época Augustea, del siglo I o del I antes de Cristo, es decir, restos de los más antiguos aparecidos en la ciudad.
El hallazgo se ha producido en el Palacio Románico, bajo la que fue la sala de las Cortes de Navarra y junto a los dormitorios bajos de los canónigos. Ese lugar, cuenta Javier Aizpún, canónigo y vicario de Patrimonio en la Diócesis, estaba cargado de misterio porque "existía una especie de tapón", tras el que no sabían bien qué había. Al excavarlo se encontraron con numerosos restos óseos, correspondientes a los enterramientos que se realizaron en la catedral entre los siglos XIV y XVIII. "En el claustro encontramos restos hasta el siglo XVIII, pero los anteriores a a esa época los habían guardado allí", explica Aizpún y confirma que se trata de miles de personas, todas pertenecientes a la antigua parroquia de San Juan Bautista. Ahora, la idea es devolver todos esos restos al claustro, a su lugar original, al menos los que estén inconexos. Los cuerpos completos se analizarán de manera más exhaustiva. "Los depositaremos en el ala Este, donde hay una profundidad mucho mayor, unos cuatro metros frente al 1,40 del resto".
Se trata de una labor ardua y minuciosa, porque son miles de restos óseos, algunos ya muy deteriorados por la cal. Los arqueólogos los clasifican y los introducen en cajas, mientras que la tierra se lleva a un contenedor de obra. En el conjunto de esta excavación es donde ha aparecido el muro más antiguo, que estaba oculto por el propio osario. Se trata de una piedra de al menos un metro de grosor, tamaño que apunta a un edificio público o a la vivienda de alguien importante. Las cerámicas aparecidas en su entorno marcan el periodo y los expertos buscan ahora otros indicios que puedan completar la historia, algún mosaico... "Entonces podremos calibrar la relevancia del hallazgo. Si lo conservaron, podemos estar ante algo realmente importante", indica María García-Barberena, arqueóloga de Trama, en una tarea supervisada por Mercedes Unzu y Patxi Roldán, este último del equipo de restauración La Catedral. García-Barberena recuerda que de esa época constan en Pamplona piezas descubiertas por Mª Ángeles Mezquíriz en la misma catedral en 1965, y otros restos en la plaza de San José.
Javier Aizpún va más allá y sugiere que el edificio podría incluso ser la casa de San Fermín. "Son sólo indicios, pero está claro que se trata de alguien importante y que conocer su identidad nos ayudaría a completar la historia de la diócesis antes del siglo VI, la que ahora nos falta", señala.
Junto al muro han encontrado también un pozo que podría ser romano o medieval. De momento no han logrado datarlo porque continúan sacando tierra del interior, con ayuda de una polea.
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