"Una
luchadora enamorada de las
letras", "una
conquistadora de personas con sólo una mirada", "un
ángel que se paseaba por Pamplona ansiando pasar desapercibida, con una vida ordinaria". Así, sin más calificativos. Los recuerdos de quienes conocieron a
Ninoska Moral Merino, la
pamplonesa de 38 años fallecida el pasado sábado y a quien
un accidente le cambió la vida con 7 años, se hilvanan con
admiración, toda clase de
halagos y cierta congoja.
Su padre, Dinosio, 'Dioni', su
sombra durante los últimos 20 años, tras la muerte de su
madre Yolanda cuando Ninoska tenía 17 años,
calla de dolor. Es
su hermano, Eduardo, padre de tres hijos, quien toma la palabra. "Ella sólo
quería tener una vida normal y esto
la hizo extraordinaria con momentos increíbles, como el de sus
primeros paseos en silla, su
primer cuadro pintado con la boca...", resume. Su mente viaja a los años anteriores
al 21 de marzo de 1983. Aquel día, Ninoska
regresaba del colegio y, al cruzar la calle Iturrama, donde su padre
regentaba un bar, un coche la atropelló y quedó
tetrapléjica al grado máximo. "Era una
niña alegre,
movida, testaruda, tal y como lo siguió siendo durante toda su vida. El accidente
cambió su vida y la de todos los que la rodeábamos", reflexiona. "Era improbable que superase aquel momento, que
se levantase de la cama, incluso, que respirase por sí misma...", valora.
DE LA UCI A LA UNIVERSIDAD
Koldo Martínez, actual director adjunto de la
UCI del Hospital de Navarra, corrobora ese diagnóstico.
Él y sus compañeros atendieron a la pequeña nada más llegar al centro hospitalario. "Era
una delicia, un cielo y un dolor por el futuro que le esperaba y que, sin embargo, no es el que ha tenido.
Ha sido una luchadora por la vida", enfatiza quien ha seguido tratando a Ninoska hasta el final, tanto con bata como sin ella. "Nos juntábamos en la calle y
hasta discutíamos por ciertos temas. Era muy activa, con muchas ideas y a cualquier caricia te sacaba una sonrisa", describe. "
Ha sido un poco nuestra niña, un regalo inmenso", confiesa al referirse a él y a su equipo médico, cuyos conocimientos llegaba a superar 'Dioni'. "
Conocía los aparatos mejor que nosotros", exclama emocionado.
Esa niña
"rompió" el parte médico y se
licenció en Periodismo en la Universidad de Navarra. Su
asesora, Mercedes Medina, la conoció al hacerle un
test de actualidad, tras haber solicitado Ninoska la admisión en la Facultad. "¡Lo sabía todo! Le pregunté cómo pensaba sacarse la carrera y me explicó que
manejaba el ordenador con la barbilla. Lo hizo muy bien y la licenciatura
resultó muy emotiva, recibió un
aplauso cerrado", precisa quien conserva
la imagen de su padre Dionisio junto a la puerta del edificio día tras día. "Ninoska venía a verme mucho al despacho. En exámenes, sus compañeros estaban agobiados, pero ella no, ella ya
tenía un máster en dificultades. Me impresionaba que
aceptó su accidente sin rencor, sin preguntarse por qué le había tocado a ella". Y buscó con su oficio, añade, servir a los demás.
TRAYECTORIA PERIODÍSTICA
Lo hizo en
distintos medios de comunicación donde luchó, entre otras cosas, contra las barreras. Es el caso de su paso por la
Coordinadora de Disminuidos Físicos de Navarra, donde ayudó a fundar la revista
Goroabe.
Begoña Ugal, miembro de la asociación, la define como "
una rompedora que contagiaba vida". "Tenía una formación increíble,
era muy inteligente y lanzada. Y nunca perdía la sonrisa", enumera, y concreta que integraba las
comisiones de barreras y mentalización. "Con su discapacidad quiso entrar en la sociedad. Su discurso era: 'Estoy así y no me quedo en casa", opina Ugal.
Sus letras también pudieron leerse en publicaciones de la editorial del grupo de Diario de Navarra,
EGN. Colaboró en
Barrios de Iruña con entrevistas a personajes. "Poseía
mucho sentimiento de barrio y tenía en muy buena consideración el periodismo hiperlocal", evocan sus compañeros. Hasta la actualidad, escribía en
Infomédula, la revista del
Hospital Nacional de Parapléjicos, del que también fue paciente. Su sección se llamaba
Ventana Abierta y sus compañeros la han homenajeado en las redes sociales con uno de sus últimos artículos,
'Tu voz'.
Pero Ninoska
no sólo escribió. También pintó
cuadros, que destinó a proyectos benéficos de
Nicaragua o Kosovo, por ejemplo. Y en su persona recayeron en galardones como el premio al Valor Joven de 2003, del Instituto Navarro del Deporte y Juventud.
Al recogerlo, Ninoska confesó que
no se consideraba un ejemplo para nadie y que estaba
orgullosa de su padre.
EN CASA Y CON AMIGOS
De vuelta al presente, su hermano afirma: "La recordaremos
como ejemplo de sacrificio y supervivencia ante las adversidades. Podemos sentirnos afortunados de haber compartido con ella su vida y hacer que perviva en nuestro recuerdo".
María Luisa Tabar,
más que su vecina de puerta a puerta, casada y madre de dos hijas, relata que con 'Dioni' y Ninoska
ha compartido tertulias y mucho más. Si pudiera, a ellos, y a Yolanda, la madre de Ninoska, les dedicaría un
monumento."Solía pasar a su casa y Ninoska
estaba leyendo o escribiendo. Hablábamos de muchas cosas. Era un
ángel en la tierra, con muchísimas ganas de vivir". Para María Luisa sus vecinos han constituido
"una escuela de la vida". "Ninoska
ha sido muy feliz, le ha sacado chispas a todo. Lo fue con su madre y después con su padre.
Ninoska y 'Dioni' tenían mucha compenetración, iba más allá de una relación de padre a hija", sopesa y resume: "Han tenido una
vida preciosa". A su vez, le viene a la cabeza
una charla que mantuvo con 'Dioni' de terraza a terraza y que reproduce:
-Dioni, ¿
cómo haces para superar esto?
-¿Sabes qué hago?
No pensar, si pienso, me vuelvo loco.
En este sentido, su hermano Eduardo concluye: "Ninoska no ha estado nunca sola; no podía. Pero hacía fácil la compañía a pesar de las circunstancias.
Mi padre ha estado hasta el último momento con ella y será ahora mi madre quien volverá a acompañarla en esta nueva vida".
Selección DN+
Ninos, sé que nos estás viendo, nos estás leyendo, nos estás oyendo y nos estás, como siempre, sonriendo. Has estado 31 años enseñándonos, junto a tu madre Yola, tu padre Dioni y tu hermano Eduardo, que los obstáculos sólo existen si tú quieres que existan, y que la vida es preciosa a pesar de todo si se afronta con optimismo, amor, cariño, espíritu de superación, esfuerzo y una sonrisa continúa en el corazón. Así has sido siempre y así llevo toda mi vida que te conozco intentando aprender de ti. Desde allá arriba estarás comprobando cuántas semillitas de ti has sembrado en tantos corazones!. Ninos, para nosotros no te has ido, seguirás en nuestras vidas SIEMPRE!
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