PAMPLONA
El Ángel de Aralar y el "Angelico" de La Meca se saludaron bajo la lluvia
Este lunes por la tarde Pamplona recibió la visita de la imagen de San Miguel de Aralar, que fue acogida por el calor de cientos de fieles
- ALBA ÚRIZ. PAMPLONA
En abril, aguas mil, dice el refrán, y este lunes de la segunda semana de Pascua, durante la visita a Pamplona del Ángel de Aralar, el dicho se cumplió, como suele ser habitual.
La imagen llegó primero al Ayuntamiento de Pamplona hacia las 17.30 de la tarde y dos horas después alcanzó el Portal de la Taconera, donde le esperaban cientos de fieles de todas las edades y un viejo amigo, el "Angelico" de La Misericordia, San Gabriel.
Los ángeles se besaron bajo la mirada emocionada de los navarros, que con los paraguas abiertos, y la música de chistus y tambores acompañaron a las efigies hasta la parroquia de San Nicolás, donde se veneró a San Miguel de Aralar en una misa multitudinaria en la que se habló de "llagas transformadas por la misericordia del Señor".
LOS PORTADORES
A San Miguel lo portó, como hace desde más de diez años atrás, Ángel Andrés Pascual. Le escoltaron el capellán de San Miguel de Aralar, Mikel Garciandía, y el segundo capellán, Jesús María Sotil, además de varios sonrientes monaguillos.
Por su parte, el encargado de portar a San Gabriel fue Miguel Ángel Alústiza Zubiri, quien desde hace cuarenta años tiene "la misión tan bonita de recibir a San Miguel con el 'Angelico' de la Meca", contó. Sus escoltas fueron cuatro primos, dos niñas y dos niños; los pequeños estaban, como era de esperar, "nerviosos y muy emocionados".
La imagen de San Gabriel, añadió Alústiza con orgullo, "anuncia desde hace 130 años a la ciudad que abra las puertas porque viene el ángel tutelar del reino, que es San Miguel". Este lunes, a pesar de la fina lluvia, San Gabriel se atrevió a pasear por las calles sin la gabardina de plástico que en 1948 le hizo la viuda del que una vez fuera alcalde de Pamplona, Tomás Mata.
UN RECORRIDO CON REFRÁN
El recorrido de esta visita por las calles de Pamplona es sencillo, explicó el portador de la efigie de San Gabriel: "Año par por San Gregorio y año non por San Antón". Es así desde hace años, salvo uno en el que, apuntó Alústiza, "hubo que ir por la calle Nueva porque había obras".
La estancia del Ángel de Aralar en la capital navarra se prolongará hasta principios de mayo, en una apretada agenda que incluye la visita a más de ochenta instituciones, parroquias y colegios.