NAVARRA
Actualizada 04/09/2012 a las 17:48
Los profesores se preparan para coger la tiza y volver a la pizarra
- El mito de los tres meses de vacaciones es eso, un mito. El profesorado también trabaja en verano para tener las asignaturas preparadas para septiembre
- SAIOA ROLÁN. PAMPLONA
A pesar de ser envidiados por tener vacaciones de casi tres meses, la suerte de los profesores no es tal al 100%. La preparación de las asignaturas exige tiempo y dedicación, y el momento de hacerlo es durante el verano.
"Los profesores en septiembre nos metemos de lleno a preparar las clases, con reuniones y programaciones. Pero ya durante el verano, preparamos las asignaturas y aprovechamos para revisar las programaciones didácticas, renovarlas, cambiarlas...", explica Javier Echeverría Azpilicueta, director de Escolapios de Pamplona y profesor de bachillerato y secundaria en este centro.
Según el curso al que el maestro imparta clases, el ritual preliminar varía. Los maestros de infantil y primaria, además de preparar el contenido, tienen el reto de crear un entorno visualmente agradable y estimulante para el aprendizaje de los niños: juguetes, pósters, fotos de los alumnos en los percheros, dibujos...
Los encargados de impartir las asignaturas de plástica, tecnología, educación física o con prácticas en el laboratorio aprovechan para hacer pedidos de compras.
Con todo preparado, sólo queda tocar el timbre y que entren los alumnos con las legañas veraniegas todavía desperezándose en los ojos y la mirada puesta en el recreo. Es el pan de cada curso.
"Los profesores en septiembre nos metemos de lleno a preparar las clases, con reuniones y programaciones. Pero ya durante el verano, preparamos las asignaturas y aprovechamos para revisar las programaciones didácticas, renovarlas, cambiarlas...", explica Javier Echeverría Azpilicueta, director de Escolapios de Pamplona y profesor de bachillerato y secundaria en este centro.
Según el curso al que el maestro imparta clases, el ritual preliminar varía. Los maestros de infantil y primaria, además de preparar el contenido, tienen el reto de crear un entorno visualmente agradable y estimulante para el aprendizaje de los niños: juguetes, pósters, fotos de los alumnos en los percheros, dibujos...
Los encargados de impartir las asignaturas de plástica, tecnología, educación física o con prácticas en el laboratorio aprovechan para hacer pedidos de compras.
Con todo preparado, sólo queda tocar el timbre y que entren los alumnos con las legañas veraniegas todavía desperezándose en los ojos y la mirada puesta en el recreo. Es el pan de cada curso.
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