San Jorge también paga el peaje de la lluvia

- T.B. PAMPLONA
Recorrer el paseo del Arga por San Jorge implica, al igual que en otros escenarios del trazado, contemplar dos caras opuestas. Por un lado, la rápida recuperación de las zonas verdes y parques inundados por unas horas y, por otra, la aciaga realidad de las riberas del río con importantes restos de suciedad.
En este barrio pamplonés, las consecuencias de la gota fría se hacen palpables antes de alcanzar la presa de Biurdana y una vez superada ésta. Nada que ver con la vista de postal que se aprecia desde la pasarela de los Tubos. Algún contenedor despistado, infinidad de bolsas y plásticos sin orden ni concierto enredados en árboles, matorrales y malezas, barquillas de madera, cubos de plástico, envoltorios de lechugas, hasta un juego infantil en tonos morados poniendo la nota de color, telas, árboles postrados enseñando sus raíces... y, en medio de un escenario desolador acompañado por las semillas algodonosas de chopos y álamos, Serafín Herrera lanza su caña de pescar al agua. "Hay mucha maleza y todavía bastante corriente, pero vengo a pasar el rato porque creo que los peces no se habrán ido. Aquí suele haber carpas, barbos, madrillas, gobios... Disfruto con la pesca sin muerte, con hacer la foto y devolver los peces al río", confiesa.
De nuevo, la vida se abre paso en un escenario lleno de las mismas contradicciones hasta alcanzar el Puente de Miluze.