DEBATES DE FAMILIA
Jiménez y Nuin acotan posibles pactos
"Nuestra opción es la izquierda realista, hay que generar riqueza para poder redistribuirla"
- NATALIA AYARRA . PAMPLONA .
Sintonía. Los candidatos del PSN e Izquierda-Ezkerra a la presidencia del Gobierno de Navarra, Roberto Jiménez y José Miguel Nuin, transmiten durante el debate la sensación de que existe cierta complicidad entre ambos. Además de la cercanía personal que muestran durante el encuentro, en sus respuestas procuran no molestar demasiado al otro. En cualquier debate parlamentario de la pasada legislatura, los portavoces socialistas y los de IU han sido bastante más duros en sus reproches mutuos que lo que ejercen ahora en campaña sus candidatos. Debate de guante blanco, de matices y de filosofía política entre los candidatos de la izquierda en Navarra.
¿Cómo convencer a sus votantes para que voten por su formación y no por la del otro?
José Miguel Nuin: Tenemos dos elementos que marcan la diferencia en la propuesta de Izquierda-Ezkerra. Uno de ellos es cómo tratamos de encarar la pluralidad identitaria, cultural y lingüística de Navarra. Aquí estamos tristemente acostumbrados a que nuestra riqueza identitaria se viva en clave de confrontación, incluso hay proyectos políticos que se construyen sobre esa confrontación. Nosotros lo entendemos de otra manera. Y el otro elemento es la forma de afrontar la crisis. Creemos que hay que ir a estudiar los orígenes de la crisis para extraer consecuencias y cambiar lo que se ha hecho mal. Porque hay políticas que se han hecho muy mal por parte de los gobiernos de los últimos diez o doce años.
Roberto Jiménez: Nuestra opción es la de una izquierda realista con los momentos de dificultad que estamos viviendo y que exigen tomar decisiones importantes para permitir que la economía salga adelante y se pueda generar empleo. Nuestra apuesta es por la generación de riqueza, generación de empleo y redistribución de esa riqueza por medio de las políticas sociales, que son las que garantizan la igualdad de oportunidades. Somos la izquierda real, posibilista y pragmática.
J.M.N.: Pero, yo ahí pregunto: ¿Qué gobiernos han aplicado estas políticas? Porque, claro, en los últimos 15 años se ha apostado por un modelo de desarrollo que ha puesto muchos huevos en la misma cesta y ha permitido el funcionamiento especulativo del mercado del suelo y la vivienda.
R.J.: Eso lo hizo el Gobierno de la derecha.
J.M.N.: Eso lo hizo Aznar, es verdad, con la liberalización del suelo. Pero en la primera legislatura de Zapatero, esto ni se impidió ni se cortó. Y hay otro elemento muy importante, como las políticas fiscales, porque llevamos mucho tiempo bajando impuestos a los que más ganan, a los que más tienen y a las rentas de capital. Yo quiero recordar que, de lo primero que dijo Zapatero cuando llegó a la presidencia del Gobierno es que bajar impuestos es de izquierdas.
R.J.: Si por algo se ha caracterizado el Gobierno de Zapatero es por su gran capacidad para redistribuir la riqueza. Es un Gobierno que ha conseguido que en siete años, los pensionistas hayan incrementado notablemente su poder adquisitivo. Se ha aprobado la Ley de Dependencia, que es el cuarto pilar del estado del bienestar. Se han hecho grandes avances en materia de igualdad entre hombres y mujeres, además de en otros derechos sociales que son hitos en Europa. Los recortes sociales, en el año más duro de la crisis, representan una reducción del 1% de presupuesto.
J.M.N.: La Ley de Dependencia, que IU negoció y apoyó en la primera legislatura, ha supuesto un avance importante, eso no puede negarse. Pero ahora tenemos un problema, porque la tenemos que aplicar y financiar. Y ahí vuelvo a plantear que la izquierda tiene que abrir claramente el debate fiscal. Porque el déficit no puede ser el único objetivo de las políticas presupuestarias, y la reducción del gasto no puede ser la única fórmula de atajar el déficit. Ahí es donde nosotros no vemos disposición por parte del PSOE.
R.J.: El déficit público hay que reducirlo porque hay un pacto de estabilidad en la UE y España no es ajena a esta circunstancia. Y, efectivamente, se pueden hacer distintas políticas fiscales. Pero lo que creo que debe aplicarse en política fiscal es, sobre todo, efectividad. Por desgracia, esa efectividad por medio de la imposición directa supone unos ingresos menores: la reforma que pactamos con vosotros el año pasado eran cinco millones. Un punto en el IVA supone 120 millones anuales para la Hacienda foral.
J.M.N.: Sí, pero...
R.J.: Para recaudar esos 120 millones de euros por imposición directa, tendríamos que haber incrementado por 24 la presión fiscal. Y a ver cómo se hace eso sin perder competitividad.
J.M.N.: Sin suprimir el impuesto de Patrimonio, 70 millones de euros, por ejemplo.
R.J.: Si ese impuesto se hubiera mantenido en Navarra, perderíamos competitividad.
J.M.N.: Claro, porque el Gobierno lo quitó en el resto de España.
R.J.: Porque consideraba que era un impuesto que gravaba doblemente a los ciudadanos sobre un mismo bien.
J.M.N.: O sea, que es injusto que ciudadanos con grandes patrimonios paguen ese impuesto y por eso se suprime ahora, cuando más hacen falta los ingresos para dedicarlos a políticas sociales y políticas contra el paro, y no es injusto que subamos el IVA al 18% a todo el mundo, incluidos, por ejemplo, pensionistas con ingresos de 600 euros. ¿Qué es más injusto?
R.J.: Podemos hablar de la injusticia en general, si quieres, pero es evidente la diferencia entre las políticas utópicas y las políticas realistas. Filosóficamente hablando, estoy completamente de acuerdo con el modelo fiscal de izquierda, pero hay que hacer un ejercicio de realismo: no se puede redistribuir riqueza si antes no la creamos. Tú hablas de cómo repartir lo poco que hay, pero a mí lo que me preocupa de verdad, como socialdemócrata, primero es crear riqueza y después redistribuirla con políticas sociales. Y para crear economía, lo primero es crear el contexto que genere confianza. Y políticas como las que propones no generan confianza ni en el inversor ni en el emprendedor, que en definitiva son quienes tienen que generar riqueza.
La izquierda va en retroceso en España, en Europa e incluso en Estados Unidos. ¿No están, como fuerzas de izquierda, agarrándose a un clavo ardiendo cuando hablan de la mayoría social de izquierda en Navarra?
R.J.: En absoluto, yo creo que hay una mayoría social de progreso en Navarra que elección general tras elección general se viene manifestando. Lo que necesita la izquierda es movilizarse, porque la derecha tiene un electorado muy firme y muy fiel. La derecha trata de desacreditar la política y las instituciones, pone en valor prácticas detestables que hacen que el electorado de izquierdas, que normalmente suele ser mucho más exigente, se desmovilice. Es un reto de todas las izquierdas movilizar a nuestro electorado demostrándoles que esas prácticas no van con nosotros.
J.M.N.: Uno de nuestros lemas de campaña es "Somos Mayoría", así que desde luego nos creemos que somos mayoría. La izquierda social, la izquierda ciudadana somos mayoría en Navarra. Somos mayoría los que necesitamos de una sanidad y una educación públicas de calidad, somos mayoría los que tenemos familiares, amigos, hermanos en una situación social complicada a consecuencia de la crisis, somos mayoría los que llegamos con dificultades a fin de mes, somos mayoría los que tenemos problemas para acceder una vivienda o conseguir un crédito. En fin, somos mayoría los que necesitamos de las políticas públicas del estado social y eso crea condiciones objetivas para que se puedan articular, también en Navarra, mayorías progresistas también en lo político y lo institucional. Tenemos que transformar la resignación y el miedo provocado por la crisis en mucha gente, transformarlo en algo constructivo y que sirva para avanzar y dar soluciones alternativas.
Si esa mayoría social de izquierdas da fruto en forma de Gobierno, teniendo en cuenta la división de siglas que la compone, ¿en cuáles se basaría ese Gobierno?
R.J.: De izquierdas somos los socialistas e Izquierda-Ezkerra, otros serán nacionalistas, y luego está la derecha.
J.M.N.: Programa, programa, programa. El cambio que necesita Navarra es de izquierdas frente a las políticas que está haciendo la derecha. El día 23 habrá que ver qué Parlamento de Navarra tenemos y qué partidos muestran su disposición a acordar programas.
¿Sería posible llegar a acuerdos programáticos con NaBai para lograr ese gobierno alternativo?
R.J.: Desconozco el programa de NaBai, que todavía no ha trasladado una sola propuesta a la sociedad.
J.M.N.: Yo creo que Nafarroa Bai 2011 tiene un problema, y es que tiene una especie de sudoku ideológico dentro, porque está formada por un partido de derechas y uno de izquierdas. Desconocemos cuáles van a ser sus propuestas.
R.J.: Hay, además, otro elemento muy importante. En el pasado proceso electoral, NaBai se presentó hablando de transversalidad, pero ahora es nacionalismo puro y duro, porque el matiz de izquierdas que tenía, ya no está. Para el PSN, lo que prima son los valores de izquierdas y de eso, ciertamente, NaBai habla muy poco.
Bildu acaba de presentar su programa. ¿Ven posibilidades de alcanzar con Bildu acuerdos para formar un gobierno alternativo al de UPN?
R.J.: A nosotros nos separa de Bildu una distancia sideral. Me parece un partido alejado por completo de la realidad, con unos planteamientos fuera de sitio y nada acordes con las necesidades reales de la sociedad navarra. Están en un planteamiento absolutamente independentista, que es legítimo, pero que no es lo que necesita nuestra sociedad ahora. Las prioridades que pone Bildu sobre la mesa y las que ponemos nosotros son prácticamente antagónicas, por eso, por sentido común, el PSN no estará en el Gobierno contando con los votos de Bildu.
J.M.N.: Nosotros no vemos a Bildu acordando un programa de izquierdas. Bildu lo que quiere, y lo que dice todos los días, es que quiere sumar fuerzas para hacer un frente soberanista. Y, por decirlo de forma gráfica, levantar un muro en el Ebro no resuelve los problemas de los trabajadores ni de la sociedad. El problema es la agenda social, no la confrontación, las banderas o los territorios. Y Bildu forma parte de una estrategia política de un sector del nacionalismo vasco para montar una acumulación de fuerzas en un frente soberanista, ése es el escenario donde se sitúan ellos.
R.J.: Efectivamente, es que un gobierno de progreso es un gobierno basado en los valores y principios de la izquierda, y en el caso de Bildu no aparecen por ningún lado.
J.M.N.: La izquierda abertzale está siendo muy clara en su estrategia política, que es legítima, y que no da más de sí, porque sus principales objetivos políticos son, primero, derrotar al PNV, y luego confrontar con el Estado desde sus proyectos territoriales. Y eso no tiene nada que ver con un proyecto de izquierdas.
¿Sería posible formar ese gobierno con la abstención de Bildu?
R.J.: Nosotros ni nos lo planteamos, en ningún caso, no.
J.M.N.: Programa, programa, programa.
R.J.: En mi caso, no puede ser.
J.M.N.: Cuando haya sesión de investidura, veamos qué candidato se presenta y con qué programa se presenta, pues veremos programa, programa, programa.
El hecho de que Zapatero no vuelva a presentarse, ¿perjudica o beneficia a sus opciones políticas en Navarra?
R.J.: Que yo sepa, Zapatero no se presenta el 22 de mayo, ni se presenta en Navarra... (se ríe). Sobre la figura de Zapatero está basando su estrategia el PP para intentar de hacer de estas elecciones un plebiscito. Pero estas elecciones son para decidir quiénes gobiernan en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos. Y lo demás es intentar sacar alguna ventaja. Por cierto, el PP lleva pidiendo elecciones y trabajándose las próximas generales desde el día siguiente del 11-M.
J.M.N.: En todo caso, en el centro de las preocupaciones de mucha gente está la crisis. Y es evidente que, aunque son elecciones autonómicas y municipales, también está sobrevolando y va a afectar, no sé en qué medida, la gestión que el Gobierno del PSOE ha hecho de esta crisis, y también la de UPN en Navarra.