Y AGO Torronteras Ortega, un chico de doce años de Hornachuelos (Córdoba), vino al
Campus Promete de Pamplona con un objetivo muy claro:
hacer magia en la calle. “Siempre he querido aprender, pero no quería que vinieran a verme sino que prefería asaltar a gente por la calle”, explicó Torronteras. El lunes le contó su idea a Jorge Luengo, profesor del campus y mago profesional, y
tras cuatro días ensayando trucos salieron a poner en práctica lo aprendido.
El cruce de la calle Tudela con García Ximenez de Pamplona se convirtió ayer al mediodía en un
escenario improvisado para nueve aspirantes a magos. Colocaron en el suelo una mesa transportable que habían hecho ellos mismos con cartón y tela y dio comienzo el espectáculo. Los chicos sorprendieron a los paseantes con
trucos de cartas, cuerdas, tapones y cajas de cerillas. Aitana Conde, de 5 años, y su prima Julia Krian, de 10, fueron dos de las voluntarias elegidas por los jóvenes magos para verificar que no hacían trampas. “Nos ha gustado mucho, no queríamos irnos hasta que terminaran”, comentó la mayor de ellas.
“Ha sido increíble. Son todos unos campeones, no sé cuál es el tramposo”, dijo asombrado Isidoro Gorena, de 85 años y natural de Cirauqui, tras ver la actuación. Le gustó tanto que al final les entregó a los chicos unas monedas para que se compraran gominolas, algo que ni ellos mismos ni sus monitores esperaban conseguir.
Este es uno de los muchos proyectos que los niños y jóvenes, de entre 8 y 18 años, están haciendo en
el Campus Promete. Durante una semana, se les ha facilitado el material y la ayuda para realizar cualquier idea que se le ha pasado por la cabeza. Hoy concluye a las ocho de la tarde con la actuación final a la que todo el mundo que quiera está invitado a asistir.
Hay alumnos de todas partes de España y pasan cada día, de nueve de la mañana a nueve de la noche, metidos en el Baluarte trabajando en sus proyectos y ensayando en los casos que sea necesario. Cada jornada termina con un espectáculo al que asisten familias y amigos, donde los chicos tienen la oportunidad de presentar sus trabajos.
Ciencia y moda
Tan impresionantes como los trucos de magia de Yago y sus compañeros son los experimentos que Fermín Pérez Aldaz y Jaime Amatriáin Redondo han estado haciendo esta semana en el área de ciencia y tecnología del campus. Los dos tienen doce años, son de Pamplona y van a pasar a primero de la ESO en el colegio Jesuitas. Con materiales que tienen en casa (maicena, agua, huevos, alcohol, jabón, laca...) han aprendido que la ciencia es mucho más divertida de lo que parece. Ayer en concreto estaban preparando unas pastillas hechas de azúcar, alcohol y bicarbonato que al prenderlas se convertían en una especie de culebras negras alargadas.
“Hemos hecho entre dos y cuatro experimentos al día. Mi favorito hasta ahora ha sido uno en el que nos hemos puesto fuego en la mano y no nos quemábamos”, explicó Pérez. “También hemos metido un huevo en vinagre durante más de 24 horas y ahora bota un poco”, contó su compañero Amatriáin.
Algo menos peligroso pero que requería también mucho cuidado y paciencia estaba haciendo Carla Royo Rodríguez, riojana de 14 años. Y es que si calculaba mal las medidas, la ropa no iba a quedarle bien. “Me encanta modelar y posar. He tenido que heredarlo de mi abuela, que era modista”, explicó Royo. Cuando le hablaron del Campus no dudó en apuntarse para poder diseñar ropa.
El proceso de creación le ha llevado su tiempo. Primero dibujó en un folio cuatro maniquíes pequeños para hacer los bocetos iniciales. “Pensé en conjuntos. El pantalón me pareció demasiado complicado para ser mi primera prenda, por eso me decanté por hacer una falda”, contó la joven. Una vez tuvo claro lo que quería, lo dibujó más grande y se puso manos a la obra. “Me queda coserlo todo. La idea es hacer en el show de mañana un pase de modelos con la ropa puesta”, añadió.
Selección DN+