Las
tres mujeres acusadas de brujería no se defendieron en el juicio celebrado ayer en la plaza de Isaba, porque sabían que todo aquello era una farsa para cumplir los trámites y que la sentencia ya estaba escrita:
iban a ser quemadas en la hoguera. Pero tampoco permanecieron calladas, aprovecharon la ocasión para predecir de futuro, escandalizando con sus palabras a los cuatro hombres que formaban el tribunal y a sus dos acusadores.
Isaba retrocedió ayer al año 1334 para representar e
l juicio y la quema de Arnalda de Leysa, Elvira de Tidón y María, suegra de la anterior. “Isaba fue la primera localidad de la actual Navarra en quemar a una mujer acusada de brujería”, contó Fernando Hualde, historiador y escritor del guión de la actuación.
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