Ciencia
Rubén Armañanzas, el navarro que controla las neuronas del mundo
Rubén Armañanzas Arnedillo maneja desde Virginia (EEUU) el mayor repositorio de células neuronales que existe y sirve a los científicos para avanzar en el conocimiento del cerebro

Actualizado el 23/06/2017 a las 11:34
El gran almacén de neuronas del mundo lo dirige un navarro. Rubén Armañanzas Arnedillo está al frente del que es el mayor repositorio de este tipo de datos, enclavado en la Universidad George Mason de Virginia (EEUU). Este estellés nacido el 27 de marzo de 1977 controla, como responsable tecnológico, un catálogo que incluye a día de hoy 62.304 células de 40 especies diferentes (animales y también humanas) que sirven a la comunidad científica para sus investigaciones.
DNI
Es doctor en Informática por la Universidad del País Vasco. En España fue investigador ‘Juan de la Cierva’. Está casado y espera un hijo para septiembre.
Este proyecto, NeuroMorpho.Org, comparte todo su contenido de manera pública para avanzar en el conocimiento del cerebro, el órgano más complejo del cuerpo. “Uno de los pilares de la economía del conocimiento es la disponibilidad de información, de manera que el conocimiento continúe avanzando”, aseguró él.Desde esta plataforma, que ha cumplido los diez años, distribuyen reconstrucciones digitales de neuronas reales. “Son ficheros de datos que contienen la morfología de una neurona en un formato que un ordenador puede entender y visualizar”, explicó. Arrancó como una necesidad interna del laboratorio de esa universidad y, recientemente, ha alcanzado los 6 millones de descargas.
Esa mayor dimensión que fue tomando requirió de un jefe de desarrollo para que automatizara tareas y creara flujos de trabajo más acordes a su crecimiento. Rubén sacó la plaza. Para entonces ya vivía en los Estados Unidos, donde ejercía como investigador postdoctoral en la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte. Se había decantado por este país después de realizar varias entrevistas para centros de Italia y Australia también. “Este mercado laboral exige esfuerzo y dedicación pero, al mismo tiempo, te recompensa con oportunidades de desarrollo”.
Cree en el crecimiento personal que te brinda vivir en diferentes lugares del mundo (pasó también antes por Bélgica y San Diego) y ha estructurado perfectamente su vida en la otra orilla del Atlántico, aunque él potencie exponencialmente las diferencias cuando se trata de hablar de la distancia con Europa. “Siempre me gusta decir que no nos separa un océano sino un universo. Las ciudades son diferentes, las casas lo son y, por supuesto, la forma de vida”, citó. Pero echa por tierra el estereotipo de país poco amigable con los extranjeros. “El pueblo norteamericano es cálido, cercano y da la bienvenida a los inmigrantes. Este país se creó a base de inmigrantes europeos y lo tienen muy presente”, manifestó.
GOBIERNO TRUMP
Sí es cierto que las aguas, a su juicio, están más revueltas desde que llegó Trump. “Tras la relativa calma de Obama, existe un clima de inestabilidad esperando cuál será el próximo titular de la Casa Blanca ya que la administración Trump se ha caracterizado durante sus primeros cien días por tener cambios inesperados de criterio. Estoy preocupado por los recortes anunciados en financiación para la ciencia. Si se llevan a cabo dañaría mucho uno de los pilares de la innovación de este país”, lamentó. Este proyecto NeuroMorpho.Org, del que él forma parte dentro de un equipo de 19 personas, se financia a través de ayudas públicas que vienen del National Institutes of Health y de la National Science Foundation.
¿Volver a España?: Sí, siempre -dijo- que la oportunidad sea lo suficientemente buena. “Me gustaría poder formar a las nuevas generaciones de científicos. Pero la carrera de investigación nunca ha sido fácil en España. En 2011 comenzaron los recortes sustanciales en financiación científica y los investigadores sentimos que el Gobierno no nos quería. Así que comenzó la salida significativa de talento al extranjero. Yo estoy muy feliz, pero me acuerdo mucho de mis raíces e intento visitar Estella, al menos, una vez al año”, concluyó.
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