Se triplican las intoxicaciones etílicas en menores de 15 años en Navarra

NOTICIA PUBLICADA EN DIARIO DE NAVARRA EL 19 DE NOVIEMBRE DE 2016 Cada vez son más los menores que llegan inconscientes y en ambulancia a las urgencias de pediatría. Pero no se han dado un mal golpe montando en bici ni se han caído saltando por las escaleras. Son adolescentes de entre 11 y 14 años que han consumido más alcohol que el que su cuerpo puede aguantar. De noche, sentados en un descampado o en un bajera con sus amigos y bebiendo ‘a morro’ vodka, whisky, ron, ginebra o pacharán de una botella de cristal que han comprado en un ‘chino’ o que han cogido del mueble-bar de su casa. La muerte de una niña de 12 años por un ‘atracón de alcohol’ (el conocido como binge drinking) en San Martín de la Vega (Madrid) durante el fin de semana de Halloween ha desatado todas las alarmas entre padres, pediatras y educadores. Y en Navarra los datos también son preocupantes. El número de adolescentes menores de 15 años atendidos en urgencias del antiguo hospital Virgen del Camino (a partir de esa edad ya son tratados como adultos en las urgencias generales del Complejo Hospitalario de Navarra, CHN) casi se ha triplicado desde 2001. Entre el 1 de enero de 2012 y el pasado jueves fueron 126 los adolescentes que llegaron inconscientes a las urgencias pediátricas, una cifra un 125% superior a la de finales de 2006, cuando llegaron a 56 los menores que habían ingresado en esas circunstancias (dato acumulado en el quinquenio anterior). Los pediatras alertan de los daños irreparables que tiene para el cerebro en desarrollo del adolescente el consumo de alcohol. Y los educadores insisten en el papel de prevención que tienen que asumir las familias. El perfil del adolescente que llega a urgencias de Virgen del Camino es el de una chica (el 52% de los atendidos son féminas frente al 48% de varones) de 14 años que entra sola y en coma etílico en la camilla de una ambulancia. Aunque también han llegado menores (el más joven, un adolescente de 11 años). Generalmente, apuntan los responsables de urgencias, no los acompañan sus amigos ni sus padres. CALOR Y ANÁLISIS DE SANGRE La pediatra de este servicio Miriam Palacios López relata el protocolo que se sigue; se les toman las constantes vitales (temperatura, tensión arterial, frecuencia cardiaca y saturación del oxígeno en la sangre) y se les hace una exploración física y neurológica “exhaustiva”. Además, se les hace un análisis de sangre, se les administra suero por vía, se les tapa con una manta eléctrica para que entren en calor (la temperatura suele bajar de los 35º) y reciben medicación contra los vómitos. “El alcohol les deja muy desprotegidos. A veces, no sabemos si pueden tener algo más; una hemorragia cerebral por un golpe en la cabeza al haberse caído o intoxicaciones por el consumo de drogas (cannabis...)” Generalmente, continúa Palacios, el personal sanitario de la ambulancia cuenta a los pediatras la “historia” de lo ocurrido. “Nos dicen qué ha bebido y cuánto, dónde estaba, cómo lo han encontrado...” Los amigos suelen avisar a la familia pero, si no lo hacen, son los sanitarios los que la localizan porque “ningún menor puede estar solo en urgencias”. “Los padres, al principio se preocupan mucho y luego se enfadan”. Entre las bebidas predominan, igual que en los últimos años, el vodka, otros licores (whisky, ron...) y el pacharán. La mayoría de los adolescentes, se queda la noche que ingresan en observación y suelen darles el alta al día siguiente por la mañana. Pocos son los casos en los que quedan ingresados y menos aún, los que van a la UCI. “Aquí no hemos tenido ningún caso de ‘atracón de alcohol’ pero hay que insistir en los daños irreversibles que tiene la bebida en el cerebro del adolescente, que se está desarrollando hasta los 20-22 años. Hay un peor desarrollo intelectual (porque daña las neuronas) y mayor riesgo de depresión”. Palacios lamenta que la edad del adolescente (10-15 años) quede en ‘tierra de nadie’ en urgencias. “No es un bebé para estar ingresado con los de las bronquiolitis; ni un adulto, para ser atendido en la general. El tratamiento del adolescente es complicado desde un punto de vista sanitario”.

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