Brillante trabajo de Talavante
C UVILLO echó una buena y seria corrida guerrera. Con un raro borrón, que fue el sexto. Y una guinda de extraordinario buen son, que fue el tercero. Un alto y estrecho toro jabonero. Como todos los toros de su pinta, fue saludado al asomar con ese proverbial "¡Oooooh !". Remató el toro a reclamo en el primer galope y ya no pararon de verse cosas. A pies juntos con el capote Talavante, que iba a ponerse ya entonces y sin freno. Medias verónicas aparatosas a suerte cambiada y con las vueltas del capote: el golpe, por tanto, del repertorio mexicano que tanto absorbió Talavante durante el invierno. Cumbre y techo fue la faena de Talavante a ese preclaro toro de Cuvillo que toreó no por todos los palos, pero sí por muchos. Y que, sobre todo, toreó muy a compasito: certeros los toques a tiempo, suelto el vuelo de la muleta por abajo, hábiles los golpes de remate.
El toro quiso a todos los convites. Hubo hasta un intento de coqueteo con el indulto. En fin, pasó que no lo mató Talavante, sino que lo pinchó, y dos veces, y soltando el engaño, y sin fe. Un aviso, una oreja de petición minoritaria. Tantas nueces, tanto ruido, tanta entrega, tanta firmeza. Y no tanto toro, pero tan bueno, tan bueno que no hubiera sobrado el premio de la vuelta al ruedo.
Toros: Seis toros de Núñez del Cuvillo. Una corrida de diversas hechuras y remate muy bello en general.
Toreros: El Fandi, saludos y palmas tras un aviso. José María Manzanares, una oreja y silencio. Alejandro Talavante, oreja tras un aviso y ovación tras un aviso.
Incidencias: Zaragoza. 4ª de feria. Lleno. Suave cierzo. Tarde templada y luminosa. Cerrada la cubierta..