La eficiencia germana, la flema inglesa o el romanticismo empalagoso de los franceses. Hay quien eso de los
clichés asociados a sus orígenes lo tiene incrustado hasta los tuétanos. Y también los hay que los llevan incluso en los clics que reparten por la red. En el caso de los
españoles, algunos son
ibéricos hasta en las compras por internet. Cosas como el
descanso para la comida con su consiguiente sobremesa, las
grandes citas futbolísticas, la
vuelta a la rutina o esa afición nacional por
trasnochar influyen en los pedidos 'online'.
Unas costumbres que tiene bien interiorizadas un gigante de la talla de
Amazon España, que afronta este martes el bautizado como
'Peak Day', la jornada en la que esperan el
mayor número de encargos de 2014. El pasado año también coincidió en 16 de diciembre, día en el que se gestionaron 130.000 operaciones, lo que viene a suponer
91 cada sesenta segundos, una plusmarca que podrían batir el martes en las que serán probablemente las fiestas con mayor número de ventas 'online'.
Un auténtico examen de eficiencia para el centro logístico de San Fernando de Henares (Madrid), uno de los veintiocho que la empresa de Jeff Bezos tiene repartidos en seis países. El almacén despachó en esa fecha
un camión repleto de paquetes cada veintisiete minutos y gastó
veinticuatro kilómetros en papel de regalo.
El momento cumbre llegó a las 22.28 horas, más tarde que el que se registró en Alemania, Italia o Reino Unido en sus respectivos 'Peak Days'. Tal es la
nocturnidad de los clientes españoles que la plataforma ha tenido que
extender su servicio de atención telefónica varias horas, algo inédito en ninguno de sus mercados. No en vano, los españoles compran hasta un 49 por ciento más que los germanos entre las diez de la noche y la una de la madrugada. Desde la filial de la multinacional reconocen que "existe una correlación firme entre las compras y las horas de oficina, detectándose un descenso de las ventas durante las horas de la comida". Una compras que se intensifican con la vuelta a la rutina, puesto que los lunes se dan un treinta por ciento más que al final de la semana.
El
fútbol ha demostrado ser capaz de paralizar las constantes vitales de España. De la misma manera que el camino a la gloria mundial en Sudáfrica enloqueció las estadísticas de consumo de agua con tanta visita al urinario en el descanso, el estreno de 'La Roja' en Brasil frente a Holanda en junio alteró el número y el tipo de pedidos. Antes del encuentro, la electrónica era la reina indiscutible.
En cuanto sonó el pitido inicial, las ventas se desplomaron y los
libros tomaron el mando, liderados en la primera parte por 'El sueño oscuro y profundo' de Craig Russell y por 'Quiero que conozcas a alguien', en la segunda. La tónica se mantuvo durante los noventa minutos, a pesar de un repunte de operaciones del 23 por ciento durante el intermedio. Cuando el balón dejó de rodar, una tarjeta de memoria de Samsung recuperó la primera posición que tenía antes del comienzo del encuentro. Los 'gadgets' y accesorios tecnológicos copan en todas las comunidades autónomas las listas de lo más popular, salvo honrosas excepciones como cheques regalo o alguna que otra novela.
MÁQUINAS DE COSER
Lo visto en la parrilla televisiva también puede servir a alguno como excusa para darse un capricho que de otra forma no se le había pasado por la cabeza. Recientemente, la demanda de las
réplicas del DeLorean en Amazon España se multiplicó con la reposición de 'Regreso al futuro'. Más significativo aún resulta el caso de la serie
'El tiempo entre costuras': las
adquisiciones de máquinas de coser se dispararon un 135 por ciento, coincidiendo los picos de estos pedidos con la emisión de los capítulos.
Muchos achacan al fenómeno conocido como
'doble pantalla', que consiste en
sentarse delante de la caja tonta con un 'smartphone' o una tableta. Un canal de ventas que ha triplicado sus cifras en el último año. Un efecto similar al de la televisión, es el que produjo el pasado san Valentín en los internautas más románticos, que elevaron los encargos de anillos de compromiso hasta un 284 por ciento. Algo similar a lo que ocurrió en diciembre de 2013, cuando las cestas de Navidad produjeron que las peticiones de jamoneros se multiplicasen por tres.
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