Veinte años de "privación ilegal de la libertad" parecen haber sido suficientes para
'Sandra', la orangután originaria de Sumatra que reside en el
zoo de Buenos Aires y a la que la Justicia argentina le denegó una peculiar petición de "hábeas corpus", figura jurídica que protege derechos elementales de las personas.
La solicitud llegó a los juzgados gracias a la Asociación de Funcionarios y Abogados por los
Derechos de los Animales (AFADA), que presentó el recurso argumentando que este animal es una
"persona no humana".
"El término 'persona' no es un concepto biológico, es un concepto filosófico al cual acudimos para que la Justicia entienda que hay una situación de
privación ilegal de la libertad de esta persona no humana", dijo el abogado que preside AFADA, Pablo Buompadre.
Sin embargo, la peculiar petición fue
rechazado por la Justicia, que consideró que a 'Sandra' no se le pueden aplicar los derechos de las personas y que los animales están sujetos al régimen de propiedad privada, aunque sí ordenó que se investigue la situación en la que habita el primate.
El "hábeas corpus" es una institución jurídica contemplada en la Constitución argentina que busca evitar los arrestos y detenciones arbitrarias y asegurar derechos básicos de las personas, como la vida.
La discusión se centra en la
interpretación de la definición de "persona" del Código Civil argentino.
Según este, en su artículo 30, personas son "todos los entes susceptibles de adquirir derechos o contraer obligaciones".
"El artículo 30 menciona los entes, nos los seres humanos. Por eso es que también pueden ser personas de existencia ideal o jurídica un municipio, un estado provincial o nacional o la Iglesia", argumentó el abogado.
Pese al revés judicial, los activistas tienen la
intención de continuar con este tipo de recursos para lograr la libertad de 'Sandra' y su posterior
reubicación en un santuario de grandes primates.
En Argentina hay
antecedentes de otros recursos judiciales presentados en tribunales de las provincias argentinas de Córdoba, Río Negro, Santiago del Estero y Entre Ríos, a favor de simios que viven en zoológicos.
En esos recursos, se alega que estos simios "mantienen
lazos afectivos, razonan, sienten, se frustran con el encierro, toman decisiones, poseen
autoconciencia y percepción del tiempo, lloran las pérdidas, aprenden,
se comunican y son capaces de transmitir lo aprendido en sistemas culturales complejos como el de los humanos".
Según AFADA, en Argentina hay
quince chimpancés que viven en cautiverio y el 95 por ciento de los zoológicos argentinos no cumple con los
estándares mundiales mínimos para el bienestar de los animales.
La asociación se inspira en
antecedentes como el de San Salvador de Bahía (Brasil), donde un fiscal presentó en 2005 un "hábeas corpus" y logró que un juez ordenara la libertad de un chimpancé que estuvo cautivo diez años pero que falleció antes de ser liberado.
Asimismo, AFADA recibió colaboración de la organización no gubernamental estadounidense Nonhuman Rights Project, presidida por Steve Wise, uno de los principales impulsores de este tipo de recursos judiciales.
Esa organización presentó el año pasado tres "hábeas corpus" a favor de cuatro chimpancés en los tribunales de Nueva York con el apoyo de los principales primatólogos de Estados Unidos que argumentan que se pueden considerar personas jurídicas, legales no humanas a los grandes simios por las similitudes con los hombres.
Buompadre reconoce que el gran problema que existe es qué entiende el Derecho por "persona" y las
distintas interpretaciones de los tribunales.
"Queremos que se consideren los derechos de un animal no humano, en este caso el orangután" que, junto a los chimpancés, los bonobos y los gorilas, son los cuatro grandes primates y "nuestros primos hermanos", dijo el abogado.
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