TRIBUNALES
Díaz Ferrán, casi 'mudo' y sordo en el juicio por la quiebra de Marsans
El expresidente de la CEOE se niega a revelar los entresijos del vaciado del grupo turístico alegando que ha "reconocido" los hechos

- COLPISA. MADRID
La Audiencia Nacional parece haber convertido su principal sala de vistas en un teatro o un cine. Si el miércoles eran los abogados defensores del caso de Novacaixagalicia quienes recurrieron a argumentos fílmicos para exculpar a sus exdirectivos, este jueves fue el controvertido empresario fallido Gerardo Díaz Ferrán el que, por momentos, pareció ejercer de actor novel a sus 72 años.
El marco era el juicio contra él y otra decena de personas por el vaciamiento patrimonial del emporio turístico Marsans entre 2009 y 2011, que les mantiene sentados en el banquillo para responder de los delitos de alzamiento de bienes, concurso fraudulento, blanqueo de capitales e integración en grupo criminal. El que fuera presidente de la CEOE -es decir, patrón de los patronos- comenzó la jornada colaborando con las acusaciones, al igual que hizo la semana pasada al pactar con ellas una condena de cinco años y medio de cárcel, solo un tercio de lo que pedía la Fiscalía Anticorrupción.
Así, Diaz Ferrán fue respondiendo sin aparentes problemas a las preguntas de los letrados de varias sociedades declaradas responsables civiles. Precisamente a ellas se debe que todavía continúe la vista oral durante varios días más, al no aceptar el acuerdo referido.
El exdueño de Marsans les habló de la presunta venta ficticia de varios inmuebles de su sociedad patrimonial a una empresa de su hermano pequeño, quien padece Parkinson "hace años" y a quien "llevaba sus temas económicos". Se trata de cuatro locales en Madrid, dos pisos en Calviá (Mallorca) y otro en Ciutadella (Menorca).
VENTA DE IDA Y VUELTA
Primero fueron traspasados a una firma instrumental del conocido 'liquidador' de empresas Angel de Cabo por 14,3 millones de euros, y después traspasados al hermano y a un exsocio hotelero de Díaz Ferrán casi a precio de saldo. El polémico empresario, sin embargo, negó que se hubiera concertado con ellos pese a que con esta operación logró aparentemente mantener su control en la sombra. "En esos momentos no tenía la propiedad de esos inmuebles (todos tenían hipoteca), el propietario real eran las entidades financieras", alegó.
Pero sus respuestas no convencieron a algunas acusaciones, entre ellas la que ejerce la hotelera Meliá por el dinero que le debe Marsans. Y Díaz Ferrán optó entonces por quedarse casi 'mudo' y no entrar en mayores detalles: "no voy a contestar a más preguntas, nunca he hecho ventas ficticias". "Ya el último día he reconocido los hechos", se enrocó el expresidente de la CEOE_para no ir más allá en su declaración sobre los entresijos del vaciado de Marsans, que tampoco había sido precisamente muy fluida hasta ese momento. Y es que al poco de comenzar dijo que está "mal de los oídos" y se le había "desconectado el audífono", por lo que pidió que le hablaran "en tono alto".
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