Contabilidad B del PP
La investigación de Castro y Horrach confirma los 'papeles de Bárcenas'
La confesión del arrepentido que abrió el sumario sobre la financiación del PP balear coincide con los libros de contabilidad del extesorero

- Colpisa. Madrid
José Castro, el juez del 'caso Nóos', ha abierto, de nuevo, la caja de Pandora. Pero esta vez, las investigaciones del veterano juez y de su examigo (y ahora de nuevo casi amigo) el fiscal Pedro Horrach, no tienen como objetivo la Casa Real sino el Partido Popular y su supuesta financiación, más allá incluso de las Islas Baleares.
El tándem Castro-Horrach vuelve a funcionar y sus pesquisas no parecen mal encaminadas: sus primeras averiguaciones están confirmando las famosísimas anotaciones de los 'papeles de Bárcenas' sobre la contabilidad B del PP que investiga Pablo Ruz.
Pero el fiscal y el juez palmesano tienen algo más que la Audiencia Nacional. Ellos tienen un testigo, un 'arrepentido', dispuesto a cantarlo todo en busca de un pacto de que carece Ruz. El futuro de esta nueva pieza, la 28 del macrosumario Palma Arena, es una verdadera incógnita, pero nadie en los juzgados de la capital mallorquina descarta que, conociendo el carácter de Castro y Horrach, la causa de Palma pueda llegar a hacer algo de sombra a la de la Audiencia Nacional.
Ambos interrogarán el próximo 11 de marzo a Luis Bárcenas. El interrogatorio del extesorero del PP no es solo un golpe de efecto, es una pieza más en un puzle que apunta alto.
Quieren que Bárcenas confirme las acusaciones que vertió el pasado 22 de enero cuando en una comparecencia ante la comisión de investigación de la concesión del hospital de Son Espases en el Parlament balear aseguró que desde la dirección nacional del partido se pidió a varios empresarios aportaciones para comprar la nueva sede del partido en Palma y que varios de ellos contribuyeron con diferentes cantidades.
Esa -explican responsables judiciales de Palma- será la declaración que "valide" la confesión del 'arrepentido' de Horrach y Castro, Javier Rodrigo de Santos, exconcejal de Urbanismo en Palma. De Santos, ya imputado, no se anduvo con rodeos en la confesión que hizo el 15 de julio de 2014, a la que ha tenido acceso Colpisa.
Dijo que el empresario y propietario de la constructora Bruesa, Antonio Pinal, le reveló que había dado dinero para la sede del PP en Palma. Y no solo. Asegura que Pinal también le dijo, "en más de una ocasión, que, por su costumbre de trabajar en el País Vasco, trabajaba financiando tanto al Partido Popular como al Partido Socialista".
SOBRE SEGURO
Pedro Horrach y José Castro juegan sobre seguro. Ya saben que Bárcenas confesó en el Parlament, en su vídeo conferencia desde la cárcel de Soto del Real, y que identificó a Pinal tanto como donante en Palma como financiador de la sede popular del País Vasco.
Y, sobre todo, saben que los 'papeles de Bárcenas' y los informes elaborados por la Policía que obran en la Audiencia Nacional confirman esos pagos. "Para llevar a cabo un control de la operación de financiación de la compra y acondicionamiento de la sede del PP en Vizcaya, Luis Bárcenas creó una cuenta específica denominada 'Sede Vizcaya' con las mismas características que el resto de la contabilidad B, de cuya llevanza era el responsable", indica el informe policial fechado en noviembre de 2014. Ese dinero -detalla el documento- procedía de Bruesa, la empresa de Pinal, quien allegó dinero negro al PP entre el 11 de noviembre de 1999 y el 16 de noviembre de 2005.
Los 'papeles de Bárcenas' lo corroboran. En enero de 2006, Pinal entregó 12.000 euros a Bárcenas, según apuntó el extesorero en sus estadillos. En los mismos papeles aparece otra entrega el 14 de septiembre 2006: "Antonio Pinal/Emilio 12.000 euros". Ese Emilio se apellida Álvarez López y es el directivo de la empresa que, según la Policía, se encargaba de los pagos en el País Vasco.
Por ahí va el órdago de un juez que sabe que le obligarán a jubilarse a su pesar el próximo diciembre y de un fiscal que quiere sacudirse el 'sambenito' de haberse plegado a los poderes del Estado con la infanta Cristina: conseguir que Antonio Pinal, que declarará como imputado horas después de Bárcenas, tire de la manta.
O al menos, se avenga a hacer una confesión que pondría en un serio aprieto al PP nacional (amén de al balear y al vasco) y que daría alas a una causa que nadie pensaba que pudiera llevar de nuevo a los titulares al binomio Pedro Horrach-José Castro. Por ahora, Pinal, en sede judicial, nunca ha reconocido nada. Ni siquiera conocer a Luis Bárcenas más allá de algún encuentro casual.
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