La crisis territorial desatada por el
desafío soberanista de Artur Mas en Cataluña fue otro de los temas que monopolizó los corrillos entre los líderes políticos e institucionales en el Congreso durante los actos por el
aniversario de la Constitución.
Soraya Sáenz de Santamaría reconoció que el Estado ha perdido mucha presencia y papel en Cataluña y que su Gobierno y los líderes nacionales de su partido, el PP, tienen que acudir con
mayor frecuencia a esta comunidad autónoma a hacerse escuchar y a hacer pedagogía sobre los problemas que comportaría para los catalanes un ruptura con España.
La vicepresidenta, como ya hizo el propio
Mariano Rajoy en su última visita a Barcelona, el 29 de noviembre, insistió en que la estrategia del Ejecutivo contra las tesis independentistas es destacar que solo el Gobierno se ocupa de garantizar los servicios públicos de los catalanes ante la dedicación exclusiva de la Generalitat a la vía soberanista. Que es el Ejecutivo de Rajoy quien les ha prestado dinero a bajo interés para mantener abiertos los hospitales, residencias y colegios y quien garantiza las pensiones.
Rajoy dijo que él siempre está dispuesto a hablar, pero no sabe de qué puede hacerlo con Mas "si lo que quiere es irse de España". Comentó que tiene previsto
volver a Cataluña en enero.
El presidente del Congreso, en su discurso, tras defender la unidad de España, llamó a todos los partidos, nacionales y catalanes, a utilizar la cámara para "hablar, debatir y escuchar, hasta la extenuación, para llegar a acuerdos y consensos". "Hay que hacer los posible para lograr que
todos los catalanes se encuentren reconocidos en España", dijo Jesús Posada.
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