Diez personas de dos familias resultaron intoxicadas en la Comunidad de
Madrid por el
monóxido de carbono generado por la mala combustión de un brasero y de una
estufa de
carbón que usaban en sus casas para combatir el frío, aunque
todas ellas se encuentran en estado leve.
El primer suceso ocurrió en la localidad de
Galapagar, donde una familia compuesta por los
padres y sus dos hijas menores de edad resultó intoxicada por el monóxido de una estufa de carbón, informaron fuentes de Emergencias 112 Comunidad de Madrid.
El incidente, cuyo aviso se dio sobre las siete de la mañana, tuvo lugar en la calle Álvaro Cunqueiro, adonde se trasladaron los Bomberos de la Comunidad y el Summa, que atendieron a dos adultos, ambos de 43 años, y a sus dos hijas, las dos de 14 años de edad.
El Summa trasladó a los cuatro al Hospital de Majadahonda en estado leve, mientras que los bomberos tomaron mediciones de gases en la vivienda -donde confirmaron altos valores de monóxido de carbono- y procedieron a ventilarla.
Dos horas después, el 112 recibía otro aviso de una
vivienda en Vallecas con seis personas de una familia, cinco mujeres y un hombre, intoxicados también por monóxido de carbono, esta vez originado por un brasero de una de las habitaciones del piso.
Todas las personas que estaban en ese momento en la casa, ubicada en la calle Embalse del Vellón, fueron trasladados por intoxicación leve al hospital Infanta Leonor.
La
llegada del frío ha disparado los sucesos relacionados con la mala combustión de
estufas y braseros. Este sábado 6, un hombre de 44 años falleció en la localidad salmantina de Barruecopardo y su mujer fue trasladada en estado grave al hospital intoxicada por el gas venenoso generado por un brasero.
A raíz de estos sucesos, 112 Comunidad de Madrid ha publicado en su cuenta de Twitter enlaces a consejos para evitar estas intoxicaciones, el más recomendable de ellos, señala, instalar en la vivienda un detector de monóxido.
El Instituto Nacional del Toxicología recomienda dejar nunca encendidos braseros ni estufas en una habitación mientras alguien duerme y mantener en buenas condiciones los conductos de ventilación de humos de combustiones de chimeneas, extractores o rejillas de ventilación.
Tampoco se deben poner calentadores de gas en habitaciones con poca ventilación y hay que vigilar que queman bien el gas combustible y no hay escapes.
Es importante, señala, ventilar los recintos en los que se prevea una acumulación de gas tóxico.
El 112 recomienda por su parte que las instalaciones de gas, calderas de calefacción, calentadores y cocinas sean revisados periódicamente por un experto.
Para comprobar si hay fugas de gas, señala que no se debe "jamás" hacerlo acercando una llama a las canalizaciones, sino rociándolas con agua jabonosa.
Si aparecen burbujas es porque hay fugas y en ese caso hay que cerrar las llaves de paso y ventilar.
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