La letra pequeña de los planes del
Gobierno ha vuelto a desvelar algunas sorpresas, aunque relativas. En su
Plan de Estabilidad para 2014, ya remitido a la
Comisión Europea, el gabinete que preside
Mariano Rajoy admite, en contra de lo declarado hasta ahora, que sí está "estudiando diversas alternativas" para
elevar la carga fiscal.
De hecho, algunos de los apuntes que el Ejecutivo hace al respecto en su informe de 108 páginas contradicen la última declaración formal del propio titular de
Hacienda. "No habrá más subidas de impuestos salvo de aquellos que se deriven de la normativa comunitaria", afirmaba el ministro
Cristóbal Montoro el pasado miércoles, justo tras aprobar el
Consejo de Ministros un plan que no parece dejarlo en buen lugar.
Y es que la lectura del mismo arroja la intención de subir varios impuestos e incluso crear otros nuevos. De inicio, y como principio general, anuncia a la Comisión Europa que habrá "una ampliación de las bases imponibles", es decir, que más gente pagará impuestos. Más aún, afirma que su objetivo es "sostener de de manera estable los ingresos sobre PIB_en el entorno del 38%-39%", es decir, entre cuatro y cinco puntos más de la que habrá al terminar 2014 (33,9%), e incluso muy por encima de la prevista para dentro de cuatro años (34,7%).
"Adicionalmente", prosigue en su exposición el
Gobierno, se plantea otras posibilidades que, en gran medida, coinciden con algunas polémicas recomendaciones que hizo en marzo el comité de expertos para la
reforma fiscal presidido por el veterano catedrático Manuel Lagares. En concreto, apunta un aumento de "la imposición sobre la propiedad", idea que une al "incremento de los
impuestos por uso" frente a los que gravan la transmisión de aquella.
En román paladino, se podría obligar a tributar por
IRPF la renta presunta que se dedica a la vivienda habitual, en vez de sólo por la segunda residencia como hasta ahora. Sin embargo, la vicepresidenta
Soraya Sáenz de Santamaría ya
negó semanas atrás tal posibilidad, de modo que a priori se descartaría. La opción, bastante probable, es que termine subiendo el temido
IBI.
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles ha sido el único, junto a algunos tributos especiales, que ha
aumentado su aportación a las arcas públicas durante la crisis... y no precisamente poco. Con datos oficiales ya cerrados, en 2012 recaudó 10.739 millones de euros, casi un 48% más que en 2007 y prácticamente la mitad de lo que se ingresó entonces por la tributación empresarial.
El llamado '
comité Lagares' proponía combinar ambas posibilidades -la primera sólo de forma transitoria-, que en el el IBI supondría acercar los valores actuales de referencia al precio de mercado, que ahora representa menos del 50% en la cuantificación final. Su idea es incrementar su peso, si bien el nuevo tipo del impuesto "quizá debería ser inferior al 1%" para no suponer una carga excesiva en los hogares.
El temido copago
Volviendo a las opciones que el Gobierno presenta a
Bruselas, incide en la posibilidad de implantar "mecanismos de pago por uso de servicios", es decir, los famosos copagos que, por ejemplo, en el campo sanitario ya fueron explorados por algunas comunidades autónomas.
Asimismo, ve probable una
subida de la imposición medioambiental, aunque "con el menor impacto posible sobre la competitividad". Su idea es que afecte a "todos los niveles de las
Administraciones (básicamente Estado, autonomías y ayuntamientos), si bien también "corregirá" algunas "externalidades", lo que podría suponer eliminar o agrupar parte de las tasas ya existentes.
Más polémico resultará el
incremento del IVA, negado hasta ahora por Hacienda. En su comunicación a Bruselas, el Ejecutivo da por hechas
varias subidas fiscales, como la medioambiental o la creación de un impuesto sobre las transacciones financieras -la '
tasa Tobin'-. Lo llamativo es que también habla sin matices del "paso al tipo general de IVA_de ciertas categorías de productos".
Así lo han recomendado las propias autoridades comunitarias para todos los productos del tipo reducido (10%). Allí, además de los a priori intocables turismo y hostelería, vivienda y transporte, aparecen los espectáculos culturales y deportivos, las ferias comerciales, los servicios agrícolas o la limpieza.
No abunda mucho más en detalles sobre la reforma fiscal que presentará en junio y de la que, eso sí, advierte de que sus medidas "deberán adaptarse en más de un ejercicio presupuestario". Esos cambios supondrán tanto
rebajas -en IRPF y el
Impuesto de Sociedades se estiman en 5.200 millones- como subidas, como admite de forma eufemística el Gobierno al afirmar que aquella "no ha sido diseñada primordialmente con fines recaudatorios". Y ya fuera de los impuestos, anuncia a la
Comisión que también hará caja "externalizando servicios" y "enajenando concesiones".
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