El
Anteproyecto de Ley que prepara el Gobierno para
regular el "crowdfunding" podría
terminar con un sector emergente que precisamente lo que necesita es apoyo y "no límites". Así de rotundo se muestra el
presidente de la Asociación Española de Crowdfounding, Xavier Olivella.
En sus declaraciones, Olivella precisó que el
70 por ciento del "crowdfunding" que se desarrolla en España tiene que ver con
proyectos sociales o culturales a los que no afectan los términos de este Anteproyecto de Ley, ya que el texto, que llegó el pasado miércoles a la Asociación, sólo se refiere a parte de actividad que se dedica a inversión y préstamos.
"A priori, el planteamiento nos parece correcto y llena un vacío legal al tiempo que da seguridad al inversor", señaló Olivella. Sin embargo, añadió, mientras en
Europa y Estados Unidos, donde ya existe una
regulación, "
no se ponen límites al campo", este aspecto español del anteproyecto "puede provocar que los profesionales y las plataformas que se dedican a esto acaben muriendo".
El Anteproyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, que aprobó el Consejo de Ministros el 28 de febrero, incluye una propuesta preliminar para regular las operaciones de las denominadas
Plataformas de Financiación Participativa, que supone, básicamente,
fijar unos límites por inversor, tanto
por proyecto (3.000 euros) como
por plataforma (6.000 euros por año).
De hecho, el texto legislativo, que tiene hasta final de mes para recibir alegaciones, afecta a las plataformas llamadas de "equity crowdfunding" (las que practican un tipo de financiación participativa basada en microinversiones de capital), y a las de "crowdlending", que desarrollan campañas de financiación basadas en préstamos con intereses.
Para el representante de este colectivo de pequeños empresarios, las cantidades propuestas "restringen mucho el número de potenciales inversores".
"Con poner límites por arriba, sobre todo cuando hablamos de un mercado emergente que el año pasado movió treinta millones de euros en España -solo tres en este subsector, porque lo que hay en España son micropymes-, explicó Olivella, lo que consigues es que el sector desaparezca en vez de hacerlo crecer".
Esto, en su opinión, sucede por "desconocimiento" y por "esa sobrerregulación con la que cada gobierno que pasa quiere dejar su huella".
Coincidió en algún aspecto con Olivella el
presidente de los productores de cine españoles, Ramón Colóm, para quien "es necesaria" esa regulación, aunque siempre, ha señalado el líder de FAPAE, en consonancia con lo que haga Europa.
"Entendemos que el 'crowdfounding' es fundamental para la producción de algún tipo de obra cultural, sobre todo en internet. Mientras no esté concretada la regulación europea, que sigue trabajando en una redacción definitiva, España no puede hacer otra cosa", dijo Colóm.
Según explicó
Joan Sala, uno de los
socios fundadores de Verkami, la empresa pionera del "crowdfounding" en España (responsable del mecenazgo de películas como "Stockholm" o "El cosmonauta", o discos como "Cabeza de león", de Jero Romero), todas la empresas que se dedican al "crowdfounding" utilizan las mismas herramientas y coinciden en el objetivo; hasta ahí el parecido.
"Hay diferentes tipos, desde las plataformas que se ocupan de productos solidarios, o como Verkami, que funciona con recompensas: discos, entradas, libros... no ofrecemos participaciones de beneficios -detalló-. Plataformas como la nuestra no están contempladas en este primer anteproyecto", precisó Sala.
Por su parte, los autores que se han apoyado en este tipo de financiación ven "negativo", en una primera impresión, que se limite el apoyo "más humano y solidario que pueden recibir los artistas menos favorecidos por las ayudas estatales o con ninguna capacidad de acceso".
Además, encuentran la regulación "absurda" y que "cierra puertas", opinó
Javier Polo, director del documental "European 8 bits", financiado a través de Turanga.org.
Para los artistas, no hay que olvidar que el "crowdfunding" "sirve también para que la gente se sienta partícipe de la creación de un proyecto que creen que merece la pena y, por tanto, es un modo de probar que valoran el proceso creativo de los autores y que están dispuestos a pagar".
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