Lugansk ha sido casi destruida por los
combates y dos tercios de su población, más de
400.000 habitantes antes del estallido del conflicto, han
abandonado esa ciudad en el este de Ucrania, informó este jueves el mando de las
milicias separatistas prorrusas.
"De la ciudad prácticamente no queda nada:
la mitad de los edificios ha sido destruida o dañada,
no hay luz ni agua potable", dijo a la agencia rusa Interfax un portavoz del estado mayor de las milicias prorrusas que combaten con las tropas ucranianas por el control de Lugansk.
Según la autoridades ucranianas, desde el martes las calles del centro de
Lugansk son escenario de
encarnizados combates. "En Lugansk no queda más de
un tercio de su población", dijo el portavoz prorruso.
La ciudad, capital de la región ucraniana homónima, es la
segunda plaza fuerte más
importante de las
milicias separatistas, y su caída bajo el control de las tropas ucranianas supondría una importante, si no decisiva, derrota para los prorrusos.
El mando de las
tropas ucranianas que participan en las operaciones contra las milicias prorrusas informó este jueves en su página de Facebook de que las fuerzas gubernamentales "
continúan la ofensiva, y que "el enemigo sufre grandes bajas".
Según el parte militar, en las últimas horas la
artillería y la
aviación destruyeron cinco blindados, incluidos dos carros de combate, y dos lanzaderas misiles de bocas múltiples de GRAD de los prorrusos.
El
mando ucraniano admitió, no obstante, que las milicias atacan las localidades de
Novosvetlovka y
Jriashevatoye, situadas al sureste de Lugansk, a pocas decenas de kilómetros de la frontera con Rusia.
La víspera, los
rebeldes abatieron un
avión de asalto ucraniano Su-25, cuyo piloto logró catapultarse del aparato, sin conocerse qué suerte corrió.
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