Una boda real adaptada a los nuevos tiempos
En plena época de vacas flacas, el príncipe Guillermo y Kate Middleton pretenden compaginar la pompa asociada a una boda real con una celebración más acorde con los tiempos que corren
- DPA. LONDRES
LA monarquía británica trata de introducir sutiles cambios para celebrar la primera gran boda del siglo evitando caer en despilfarros. Aunque muchos se empeñan en ver en esta boda una reedición del inolvidable enlace de Carlos y Lady Di hace treinta años, el glamour fue entonces la característica predominante de una unión que terminó en sonado divorcio.
Al mismo tiempo, los esfuerzos de Guillermo y Kate por seguir una línea austera y una imagen de modernidad no siempre son compatibles con la rigidez de las pautas dictadas por una tradición milenaria.
Con motivo del evento, la abuela del novio, la soberana británica Isabel II, ha acondicionado los diecinueve salones del Palacio de Buckingha. Será en esos salones reales donde, en lugar del tradicional banquete, los 600 amigos, personalidades de la vida pública y miembros de otras Casas Reales asistirán a una recepción más frugal a base de canapés confeccionados por el chef palaciego Mark Flanagan y su equipo.
La galería de pinturas, donde cuelgan valiosas obras de Rembrandt, Canaletto o Tiziano, es el escenario elegido para el corte del pastel de boda que creará para la ocasión la pastelera Fiorna Cairn. La cena y la velada nocturna, reservadas a 300 invitados entre familiares y los más íntimos de la pareja, tendrán lugar en uno de los salones de Estado habilitado como discoteca en otro gesto de modernidad.
Otro distanciamiento de la tradición que encaja con esa línea de sobriedad lo constituye el hecho de que la novia tenga previsto viajar a la abadía de Westminster en la limusina Rolls-Royce Phantom VI en lugar de la majestuosa carroza de caballos.
La familia real, suculenta fuente de ingresos turísticos, correrá, junto con los padres de la novia, con los gastos del evento -misa, banquete, música, flores, decoración y luna de miel-, mientras que de los costes de seguridad se ocupará el Gobierno.
Y si entonces el lujo marcó en todo momento la ceremonia, y los novios recibieron más de 6.000 regalos, -entre ellos un obsequio del Emir de Bahrein valorado en un millón de libras-, Guillermo y Kate han pedido a sus invitados, en sintonía con las preocupaciones actuales, que hagan donaciones a organizaciones benéficas.
El rotativo Daily Mirror indicó que Kate, de 29 años, no prometerá "obedecer" a su futuro marido. Al parecer Middleton, al igual que miles de otras parejas modernas, prometerá "amar, consolar, honrar y cuidar" al príncipe.
Las caras famosas salen a relucir en la lista de invitadosLa lista de invitados para la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton aún no ha sido difundida, pero el Sunpublicó ayer extractos de la supuesta lista oficial. Según la publicación, entre los invitados se encuentran 62 reyes y jefes de Estado que incluyen a monarcas europeos o reyes como el de Bután, el rey y la reina de Malaisia, el príncipe heredero de Dubai, el de Bahrein, Aga Khan y el sultán de Brunei. Asistirá la reina Sofía de España, que acudirá con los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia. La casa real española confirmó a principios de mes que el rey Juan Carlos no asistirá al enlace. La lista de personajes famosos estaría encabezada por David y Victoria Beckham, el cantante Elton John y su compañero David Furnish, o el cómico Rowan Atkinson, más conocido como Mr. Bean. El director de cine Guy Ritchie, ex marido de Madonna, también estaría en la lista. Un invitado sorpresa es Chelsy Davy, la novia "intermitente", como la califican los medios ingleses, del príncipe Harry. La diseñadora brasileña Daniella Helayel, diseñadora del vestido de compromiso de Kate, también ha sido invitada, según el Sun. Entre los invitados de la familia Middleton estaría su profesor de yoga, el carnicero, el cartero y el dueño del pub favorito de Kate en Bucklebury, en Berkshire, donde creció. Además, según el periódico, la boda contará con la presencia de varios ex novios.
Gran despliegue de seguridadEl susto que se llevaron el príncipe Carlos y Camila en diciembre, cuando su Rolls Royce fue atacado por un grupo de manifestantes durante una protesta estudiantil, ha hecho mella en el proceder de Scotland Yard. Ese mismo Rolls Royce granate oscuro, ahora reparado, llevará a Kate Middleton hasta la Abadía de Westminster el próximo viernes. La policía británica desplegará una de las operaciones de seguridad más caras y de más alto nivel vistas en Londres, con francotiradores posicionados en los tejados y agentes vestidos de paisano que se mezclarán con la multitud de curiosos. El objetivo es prevenir los posibles disturbios y violencia con motivo del enlace real, que atraerá a famosos y gobernantes.
La boda real en cifras1.900 INVITADOS, entre ellos muchos jefes de Estado y miembros de casas reales extranjeras, asistirán al enlace. Con todo hay que reconocer que el número de invitados a la boda es relativamente reducido si se tiene en cuenta que en el año 1981, Carlos de Inglaterra y Lady Di festejaron su enlace ante 3.500 invitados, la mayor lista asistentes a una boda real de todos los tiempos
Según el diario británico Daily Mail, el despliegue de seguridad costará unos 20 millones de libras (unos 22,4 millones de euros), cifra que sobrepasa con creces los 7,4 millones de libras (8,3 millones de euros) que costó el dispositivo previsto para el G20 en Londres hace dos años.
En lugar del tradicional banquete, un total de 600 invitados (amigos, personalidades de la vida pública y miembros de otras Casas Reales) asistirán a una recepción más frugal a base de canapés confeccionados por el chef palaciego Mark Flanagan.
La ceremonia atraerá la presencia de unos 8.000 periodistas y se calcula que tendrá una audiencia de 2.000 millones de personas de todo el mundo (la boda de Carlos y Diana fue seguida por 750.000 espectadores).