Maldita Nerea "despierta" al Anaitasuna
- Unas 2.500 personas, chicas jóvenes en su mayoría, llenaron la pista durante el concierto de la banda murciana
- NEREA ALEJOS . PAMPLONA
El pabellón Anaitasuna volvió a vibrar ayer a ritmo de concierto tras los diez meses de sequía musical transcurridos desde que Barricada actuara en diciembre de 2010. Maldita Nerea, el grupo murciano que ha logrado colarse en todas las emisoras radiofónicas y en las listas de los más descargados, consiguió poner a bailar a unas 2.500 personas que abarrotaron la pista. Apenas unas 200 personas prefirieron seguirlo desde las gradas.
Después de Funambulista, teloneros y paisanos, Maldita Nerea salió al escenario rozando las diez menos cuarto de la noche con el tema Cosas que suenan a triste, que enlazó con Por miedo a equivocarnos y Piedra, papel o tijera,entre otros."Buenas noches, Pamplona. Hacía ya varios años que no veníamos y ya tocaba, ¿verdad?", saludó Jorge Ruiz al término del cuarto tema. En concreto, desde mayo de 2009, y en aquella ocasión actuaron en la Sala Tótem de Villava.
En la pista, el público femenino, y muy joven, ganaba por goleada al masculino. Tanto es así que en un momento el cantante preguntó. "¿Pero dónde están esos chicos?". Estaban, pero en total minoría. Eran ellas las que chillaban hasta desfallecer en los escasos momentos en los que Jorge Ruiz desaparecía del escenario, entre canción y canción. A ambos lados del escenario, gracias al juego de luces, la tortuga que identifica a la banda se iluminaba intermitentemente en rojo.
El grupo quiso tener un saludo especial para una persona que localizaron desde el escenario. "Un aplauso para María, mi amiga de Pamplona", pidieron. También contaron que habían mantenido un encuentro con los estudiantes del colegio mayor Belagua.
Después llegó El último día, una versión de un tema que es original de Lagarto Amarillo, pero que los murcianos han incluido en su último disco, Fácil; seguido de En el mundo genial de las cosas que dices,que hizo que la pista se llenara de cámaras y móviles que grababan.
Con Tu mirada me hace grande, el grupo hizo el primer amago de despedida. Pero fue una amenaza incumplida. Después vinieron Verso acabado y una de las estrellas de su repertorio, El secreto de las tortugas. Con este tema, que dio nombre a su segundo álbum, pusieron punto y final al concierto después de noventa minutos. Eso sí, antes pidieron al público que se agachara para sacarles una fotografía.