La escritora
María Dueñas, autora de "
El tiempo entre costuras" con el que irrumpió en el panorama literario en 2009 y que acaba de publicar su última novela, "La templanza", ha reconocido que intenta "blindarse" para que el éxito no le arrolle ni le encasille cuando trabaja en una nueva historia.
"No puedo dejar que el éxito me arrolle o me encasille. Cuando escribí "
La templanza", estaban emitiendo en televisión "El tiempo entre costuras" y, si me hubiera dejado llevar por ese éxito, habría hecho un libro muy distinto", ha comentado Dueñas en un encuentro con los medios de comunicación en Zaragoza.
María Dueñas (Puertollano, Ciudad Real, 1964), quien intenta no dormirse "en los laureles", se adentra en esta historia en el Jérez "espléndido" del siglo XIX, el de las grandes bodegas abiertas con capital indiano y transporta al lector al
México independiente de la década de 1860 y a la próspera Cuba de aquella época.
Lo hace a través de personajes "poliédricos", con "dobleces" y claroscuros", como son los seres humanos, porque no todo es "blanco o negro", sino que hay muchas "tonalidades de grises".
"No me gustan los personajes que son meras siluetas planas que vas moviendo en una escena", ha indicado Dueñas, quien ha creado en esta novela su primer protagonista masculino, Mauro Larrea, un indiano arruinado, padre de dos hijos.
Dueñas, quien ha explicado que ya había ensayado con los "coprotagonistas" masculinos de su anterior novela, "
Misión olvido", ha asegurado que ha querido darle a su personaje, Mauro Larrea, un componente paternal que lo hace más humano, alejándolo del perfil de "lobo solitario" que suelen tener los hombres protagonistas.
El título de la obra "La templanza" procede del nombre de una de las viñas que aparecen en la novela, pero hace referencia también a esa cualidad humana, de la que carece el protagonista y que actualmente "escasea muchísimo".
"Vamos todos arrebatados y acelerados, lo queremos todo inmediatamente. Si nos adelanta un coche en la carretera, le pitamos... Deberíamos moderarnos y templarnos un poco", ha afirmado.
Para Dueñas detrás de cada novela hay
muchas horas invertidas; una gran labor de documentación y mucho tiempo de reflexión y soledad frente a la pantalla del ordenador, un trabajo que planifica al detalle antes de escribir y que hace que deseche poco de lo que escribe.
A ello se une todo el
trabajo editorial posterior, pero, pese a este esfuerzo "colectivo", hay "poca cultura lectora" en España, porque es un país que ha arrastrado "grandes atrasos" en materia educativa a lo largo del siglo XX, ha precisado.
"Estábamos en el fondo de un pozo. A ver si poco a poco nos ponemos al nivel de otros países con más tradición lectora", ha dicho Dueñas, quien ha resaltado la dificultad de algunos jóvenes para engancharse a un libro, por la "cantidad de distracciones" que tienen en su entorno.
Por último, Dueñas ha asegurado que el país atraviesa un "momento duro", de emociones "encontradas", en el que las novelas pueden no dar la solución, pero sí acompañar al lector en un proceso doloroso, con historias de superación y de lucha contra la adversidad.
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