La actriz
Antonia San Juan, que recibió el Águila de Oro del Festival Internacional de Aguilar de Campoo (Palencia), aseguró que hacer cortometrajes "es un acto de amor" porque nadie cobra cuando trabaja en ellos, pero reconoció que
"cuando hay dinero el arte sale mejor".
Actriz de cine, teatro y televisión, directora, productora, diseñadora y pintora, la
polifacética artista recibió el jueves, junto al director de cine Antonio Giménez Rico, el Águila de Oro del Festival Internacional de Aguilar de Campoo (Palencia), con el que la cita cinematográfica, que se inauguró el mismo día, reconoce la trayectoria profesional de los dos artistas.
Poco antes, ambos ofrecieron una rueda de prensa, en la que estuvieron acompañados por muchos colegas de profesión, los miembros del jurado, y la mayor parte de los directores de los cortos que a partir de este viernes se proyectarán dentro de la sección nacional a concurso.
Los dos agradecieron este galardón que, en el caso de Antonio Giménez Rico, reconoce "una dilatada carrera de 48 años viviendo del cine, que no es poco", manifestó.
Para Antonia San Juan este es su tercer 'Águila', tras los dos que recibió por su cortometraje 'VO', y se mostró "muy satisfecha" por este premio que guardará "en un sitio especial".
La actriz, que ha trabajado en
más de treinta cortometrajes, recordó que se introdujo en el mundo del corto después de hacer 'Todo sobre mi madre', de Pedro Almodóvar. "Cuando ya era una actriz internacional, pero sin trabajo", bromeó.
Desde entonces, no ha dejado de trabajar ni de alabar el esfuerzo de todos los que participan en cortometrajes porque "para mí hacer un corto es como un acto de amor, porque
nadie cobra cuando hace un cortometraje, ni puede ganarse la vida haciendo cortometrajes".
En su opinión, la diferencia entre largometraje y cortometraje está en que en uno se cobra y en otro no, en que uno es trabajo y el otro "amor al arte".
Por eso dijo que "sería bueno poder pagar al equipo y a los actores, poderles ofrecer algo por hacer un cortometraje... porque cuando hay dinero el arte sale mejor".
Para Giménez Rico, cortometraje y largometraje son dos cosas muy distintas, porque cada uno tiene su propia entidad y su propia estructura, y tanto uno como otro "merecen todos los apoyos y estímulos posibles para salir adelante".
También dijo que el cortometraje "no es un camino de segunda fila para acceder al largo", y que este formato cinematográfico tiene "mucho porvenir", a pesar de que la explotación comercial de un cortometraje es más difícil que la de un largo, porque ni la televisión ni las salas de cine exhiben cortos.
De ahí la importancia de festivales como el de Aguilar de Campoo, que "son el escaparate de la industria y
dan a conocer trabajos que de otra forma no se conocerían", aseguró Giménez Rico. Más aún en un momento de crisis para la industria cinematográfica como este, en el que "es
muy difícil encontrar financiación para hacer cine o si se hace a veces no llega a exhibirse... y el futuro es poco alentador", señaló.
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