Noche calurosa en
Marbella (Málaga). Ni el terral, el aire árido procedente de África, disuadió este miércoles a los incondicionales de
Julio Iglesias de asistir a uno de sus dos únicos conciertos en España. Y el cantante caldeó más el ambiente con sus canciones.
¿Cómo es posible que un hombre con
casi 71 años levante tantas pasiones, hasta en los hombres? La respuesta la da Julio Iglesias: "los sentimientos se pasan, pero la pasión perdura.
"La pasión me desborda. Solo canto para seguir viviendo". Y es que Julio Iglesias sabe transmitir a la perfección esa pasión que le sobra y que le da tanta vida a él y a sus canciones.
Extremadamente moreno apareció el madrileño en el escenario con su habitual vestuario: traje de chaqueta negro, camisa blanca y corbata negra. A veces derrochando voz y otras, casi susurrando a los espectadores.
Todo vendido desde hace mas de dos meses. Ni un hueco en el aforo de la Cantera de Nagüeles en el recital con más éxito del
Festival Starlite. Y eso que este miércoles por la noche los precios de las entradas eran los más caros del festival. Los más baratos, los asientos en grada, a 83 euros; 300 euros la primera fila y 750 euros los palcos.
Aunque la organización trató de ocupar todos los espacios posibles y habilitó filas de asientos en zonas que habitualmente son de paso.
Julio Iglesias agradeció a las personas del público que hayan sido tan "generosas" con él durante tanto años, "no soñaba con tanto tiempo". Comentó que su padre nació en el norte y su madre en el sur, por eso cree "tanto en la España junta", afirmó antes de cantar "Un canto a Galicia".
Presumió de ser latino, y con razón, pues ostenta el récord Guiness al
artista latino que más discos ha vendido en la historia. Por eso incluyó tangos y boleros en su repertorio.
El
cantante madrileño solo ha ofrecido dos conciertos en nuestro país. El primero en los Jardines de Abril de Sant Joan de Alicante, con un aforo de tan solo 1.200 espectadores, y este miércoles por la noche en la Cantera de Nagüeles ante 2.200 personas.
Sin contar con el concierto privado que ha ofrecido también en Marbella en la residencia de un magnate ruso del que se desconocen todos los detalles, incluido el coste para el anfitrión de contar con el cantante en privado.
Julio Iglesias comentó que estar en España supone que el público conoce toda su vida: "saben cuántas veces me he casado, el nombre de mis hijos. Me conocen tan profundamente y aun así, me han dado
tantas oportunidades".
Explicó que hace cinco noches cenó con el tenista Rafael Nadal y que éste le comentó que "se sentía feliz cada vez que estaba en su tierra porque le miraban con ojos bellos". Iglesias no escatimó elogios hacia
España, "el país más atractivo de Europa", dijo.
Especialmente animado se mostró el cantante con las cuatro chicas de su coro, a las que estuvo pidiendo todo el tiempo más movimiento.
"Creerán que llevo una vida de privilegios, creerán que estoy liado con las chicas del coro" bromeó con el público. Pero aclaró que ante tantos privilegios "las exigencias tienen que ser máximas y ustedes tienen derecho a exigirnos lo que quieran, por eso aprovéchense de mí y exíjanme", les requirió.
Iglesias cantó en español, gallego, inglés y francés porque estar en Marbella significa "que hay gente de todas partes".
Añadió que en España "recibimos millones de extranjeros y tenemos que sentir el orgullo de una
lingüística bellísima que se habla en tantas tierras" y que permite a los cantantes llegar a más lugares del planeta.
Es el único artista que ha estado en las tres ediciones de Starlite y seguro que no será la última vez dado el éxito en la venta de localidades.
El cantante bromeó también con la pareja de bailarines a los que aduló hasta la saciedad. Pidió perdón a su esposa Miranda, que se encontraba en la platea, por besar en la boca a Soledad, la bailarina, "porque hay que perdonar todo lo que pasa en el escenario", le advirtió.
Ante unos pequeños problemas de sonido, Iglesias interrumpió una canción, "porque mi país no puede quedarse sin escucharla bien", y comenzó desde el principio ante los aplausos del respetable.
Entre el público de este miércoles por la noche se encontraban el expresidente del gobierno
José María Aznar y su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; la modelo
Valeria Mazza con toda la familia, incluido sus dos hijos; el humorista
Andrés Pajares y la presentadora
Teresa Campos y sus hijas. Y el resto, ciudadanos de todos los lugares de España y del mundo.
Aunque suele hablarse del
fenómeno "fans adolescente", sin duda hay un fenómeno "fans maduro" que tiene su máximo exponente en los seguidores de Julio Iglesias. Se saben todas sus canciones, pagan lo que haga falta por ver a su ídolo, se pelean con los de los asientos de delante si les impiden ver a su querido Julio y gritan como cualquier jovencita los típicos "guapo", "te como" y demás piropos.
Y el próximo año agotarán de nuevo las entradas para no perderse esta cita con Julio Iglesias en Starlite
2015.
Selección DN+