FESTIVAL EN CÓRDOBA
Actualizada 11/07/2013 a las 09:38
Los Beatles vistos desde una guitarra
- EFE. CÓRDOBA
Al Di Meola tomó su guitarra en el Gran Teatro de Córdoba, la afinó, y tocó los acordes de "Being For The Benefit Of Mr Kite", y con eso bastó para encender el numeroso y heterogéneo público que acudieron al hasta ahora concierto más popular -que no populoso- del 33 Festival de la Guitarra.
Lo fue porque invocar a The Beatles supone agitar el cancionero popular de varias generaciones, y eso mismo se podía ver en el Gran Teatro, que acogió a adultos, jóvenes y niños en torno al legado, pero también en torno al maestro norteamericano, que no usó el camino obvio a la hora de versionarlos.
Al fin y al cabo The Beatles también versionaron cuanto pudieron, por lo que nadie debe escandalizarse a estas alturas de que Di Meola, que le tenía muchas ganas al cuarteto de Liverpool, se fuera a grabar la visión que tenía sobre su imperecedera música a los estudios de Abbey Road, en los que John, Paul, George y Ringo escribieron algunas de las más memorables páginas de la música moderna.
Y después de grabarla, bajo el título "All Your Life", se trajo ese mismo espíritu de gira al Festival de la Guitarra de Córdoba, un marco perfecto para uno de los más virtuosos intérpretes de este instrumento a nivel mundial.
En el repertorio no faltaron clásicos como "Strawberry Fields", "I Am The Walrus", "A Day In Life", "Elenor Rigby" o "And I Love Her", todos ellos jaleados por unas 900 personas, capaz de descubrirlas escondidas tras el virtuosismo y los acordes del gran Di Meola, que volvió por la puerta grande al Festival de la Guitarra, cuatro años después de su última visita.
El final, quizá como guiño hacia sí mismo y hacia esta tierra, fue el "Mediterranean Sundance", que grabó en 1977 junto a Paco de Lucía, y como colofón su frase de despedida: "Si no fuera por España, no tendría esta guitarra".
Y mucho de ese cariño se puede apreciar en el norteamericano, considerado como uno de los mejores guitarristas de jazz de la historia -"más rápido que su sombra", dicen algunos-, por su incansable búsqueda de la armonía y la rítmica perfecta.
Características que se escucharon en el Gran Teatro, donde Di Meola, que contó con varios tipos de percusión, cuerdas y hasta un acordeón, clavó una actuación perfecta ante un Gran Teatro lleno hasta la bandera.
Como igual de lleno ha estado el Teatro Góngora, donde tuvieron que colocar sillas supletorias para aumentar la demanda de entradas para ver al maestro escocés David Russell.
Russell, un habitual de este festival, asistía una vez más dentro del Ciclo Los Clásicos y ofreció un concierto a partir de obras de Giuliani, Scarlatti, Enrique Granados, François Couperin y Sergio Assad.
Lo fue porque invocar a The Beatles supone agitar el cancionero popular de varias generaciones, y eso mismo se podía ver en el Gran Teatro, que acogió a adultos, jóvenes y niños en torno al legado, pero también en torno al maestro norteamericano, que no usó el camino obvio a la hora de versionarlos.
Al fin y al cabo The Beatles también versionaron cuanto pudieron, por lo que nadie debe escandalizarse a estas alturas de que Di Meola, que le tenía muchas ganas al cuarteto de Liverpool, se fuera a grabar la visión que tenía sobre su imperecedera música a los estudios de Abbey Road, en los que John, Paul, George y Ringo escribieron algunas de las más memorables páginas de la música moderna.
Y después de grabarla, bajo el título "All Your Life", se trajo ese mismo espíritu de gira al Festival de la Guitarra de Córdoba, un marco perfecto para uno de los más virtuosos intérpretes de este instrumento a nivel mundial.
En el repertorio no faltaron clásicos como "Strawberry Fields", "I Am The Walrus", "A Day In Life", "Elenor Rigby" o "And I Love Her", todos ellos jaleados por unas 900 personas, capaz de descubrirlas escondidas tras el virtuosismo y los acordes del gran Di Meola, que volvió por la puerta grande al Festival de la Guitarra, cuatro años después de su última visita.
El final, quizá como guiño hacia sí mismo y hacia esta tierra, fue el "Mediterranean Sundance", que grabó en 1977 junto a Paco de Lucía, y como colofón su frase de despedida: "Si no fuera por España, no tendría esta guitarra".
Y mucho de ese cariño se puede apreciar en el norteamericano, considerado como uno de los mejores guitarristas de jazz de la historia -"más rápido que su sombra", dicen algunos-, por su incansable búsqueda de la armonía y la rítmica perfecta.
Características que se escucharon en el Gran Teatro, donde Di Meola, que contó con varios tipos de percusión, cuerdas y hasta un acordeón, clavó una actuación perfecta ante un Gran Teatro lleno hasta la bandera.
Como igual de lleno ha estado el Teatro Góngora, donde tuvieron que colocar sillas supletorias para aumentar la demanda de entradas para ver al maestro escocés David Russell.
Russell, un habitual de este festival, asistía una vez más dentro del Ciclo Los Clásicos y ofreció un concierto a partir de obras de Giuliani, Scarlatti, Enrique Granados, François Couperin y Sergio Assad.