No hacen falta manos para dejar huella en el arte

C IERTAS obras de arte nacen con la vida misma, sin importar por quién fueron creadas o cómo se definieron sus trazos. Son obras forjadas al ardor de las adversidades, en unas circunstancias que lejos de frenar al artista, consiguen mostrar un talento que posiblemente quedaría oculto de no ser por esas piedras del camino.

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