Desde que en 2005 los caminos de Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola se cruzaron en la final Manomanista, han pasado por otras 11 elecciones de material. Un protocolo que en las doce veces que se ha producido siempre ha seguido un guión muy parecido. Se eligen las cuatro pelotas para el partido, generalmente sin polémica. Luego uno de los dos se quita la presión, y dice que no es favorito. El otro desconfía, no le cree, y la recarga en el contrario. Ayer volvió a suceder en Bilbao.
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