Actitudes

Algo tenía que haber para que los jugadores de Osasuna se comportaran como lo hicieron con el colegiado. No era normal tanta protesta para unas decisiones que, más acertadas o menos, no eran escandalosas. Durante muchos minutos se vio que lo que señalaba Ocón Arraiz sacaba de quicio a los futbolistas, e incluso algunos se merecieron la segunda amarilla por sus continuos reproches o gestos hacia el árbitro que perfectamente podían haberse catalogado como desconsideraciones. Pero también daba q