Osasuna muestra una versión muy mejorada y pierde injustamente

El fútbol no entiende a veces de sensaciones. El marcador parece estar por encima de todo, aunque la Liga debe ser una competición de fondo. El domingo, el Celta ofrecía una jerarquía superior en El Sadar y sin embargo se rescató un punto. Quedó una sensación de incertidumbre a la hora de medir la capacidad osasunista en Primera. Ayer se intercambiaron los términos. Se perdió contra el Espanyol, pero la imagen resultó diferente. Fueron los rojillos merecedores de más y. al menos, este cambio de cara hace depositar esperanzas para competir en esta categoría de ahora en adelante. Fue una noche en la que volvió el verdadero Osasuna, el de la presión orquestada en el centro del campo y que llega con pocos toques al área en busca del remate. Así mordió el equipo de Martín al Espanyol, que tuvo en Diego López a su mejor hombre. Suyas fueron las mejores intervenciones en un partido que trajo un acertado cambio de sistema. Osasuna se desplegó más junto con el 4-1-4-1. Llegó a zonas de peligro, centró y disparó en cuanto pudo. Mantuvo a raya al Espanyol, que se valió de su dinamita ofensiva para ganar el partido. Por algo se invierten tantos millones, para que llegue Leo Baptistao y convierta en gol una de las escasas acciones de ataque. Empató con justicia Osasuna en la segunda parte con la eléctrica conexión Jaime Romero-Sergio León y enseguida recibió el mazazo del 1-2 con una contra que montó el Espanyol para romper a la retaguardia, cuando se habían tomado los riesgos para ir a por el partido. DIEGO LÓPEZ, EL MEJOR PERICO León estrenó su cuenta goleadora en el minuto 67 pero bien lo pudo haber hecho en el 3 cuando tras un recorte lanzó para la primera estirada de Diego López. El exmeta del Milan cercó su portería después a un magnífico cabezazo de David García en una de las muchas jugadas de estrategia que Roberto Torres puso con su derecha, que ayer volvió a exhibir, lo que supone una gran noticia. Se notó en los córners y faltas, pero también en el juego y el espíritu que contagió a sus compañeros. Osasuna jugaba con una presión adelantada bien liderada por Oier. Jaime Romero, que probó fortuna con un potente disparo en el minuto 25, siempre dio la sensación de peligro cuando entró en contacto con el balón. Fue un futbolista vertical. Por la otra banda, Berenguer no anduvo tanta chispa. El partido se cocinaba también por dentro. Quique Sánchez Flores puso músculo con Javi Fuego y Diop, mientras que Oier, Torres e Imanol García taparon los huecos para que Baptistao, Gerard y Hernán Pérez (el partido de Reyes fue pésimo) no recibieran. El Espanyol se comportó como un equipo plano. Sus intentos de jugar la pelota de atrás fueron fuegos artificio. Su primera ocasión fue en el minuto 6 con un lanzamiento de Baptistao que rozó el palo tras un error con el pie de Mario. Hasta el final de la primera parte no apareció en el área de Osasuna. Marcó un gol que le dio la vida. Centró Javi López desde la derecha y David García, hasta ese momento impecable, se quedó parado con tres rivales en su parcela dispuestos al remate. Saltó Baptistao y anotó el 0-1. Martín dejó en el vestuario en el descanso a Imanol García, que había visto amarilla. Oier y Torres se echaron a sus espaldas el centro del campo, y arriba se colocó Oriol Riera junto a Sergio León. Los dos disfrutaron de ocasiones, que iban llegando por ese empuje que siempre ha hecho Osasuna un equipo temible. Oriol no anduvo letal en el remate, ni de cabeza ni con el pie a sendos pases de Jaime, que desequilibraba por la banda izquierda. Después salió Olavide, que aportó una dosis más de calidad. El Espanyol no aprovechó una mala cesión con el pecho de Tano para convertir el 0-2 y a continuación vio cómo Osasuna le mordía de verdad. Oier abrió al costado y centró Jaime, quién si no, para la llegada de Sergio León anticipándose a la defensa perica. Fue una jugada al primer toque. Quedaba media hora para ir a por el triunfo, pero el Espanyol enterró todo tipo de esperanza con un contragolpe mortal a todo trapo cuando Osasuna había hipotecado su contención en el campo. La pelota llegó finalmente a Gerard Moreno, que sentó a Tano con un recorte y definió bien ante Mario. Era el minuto 71 pero Osasuna no se dio tan fácil por vencido. Fuentes tuvo el empate de cabeza y de nuevo emergió la figura de Diego López, mientras que la última oportunidad fue para Olavide. Jugando así llegará el triunfo.

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