Ya ha dado el relevo. Lo ha hecho, además, de manera presencial. En la última asamblea del
Corellano,
José Miguel Sanz cedió “los trastos” a
Beatriz Armendáriz y su junta, los trastos y la responsabilidad de presidir el club de
Corella. Él lo ha hecho durante once años, desde el 2011, pero ha decidido que ya ha llegado el momento de dar paso a otras personas.
Ya ha vivido el último paso para despedirse del club.
El viernes se celebró la asamblea. Fue muy emotiva. El padre de la presidenta ha sido un gran socio del Corellano. Falleció hace pocos días. Cuando tomó posesión Beatriz, cuyo hermano también jugó en el club, resultó muy emotivo.
¿Qué le ha llevado a tomar la decisión de dejar la presidencia del Corellano?
Entré en el club con la intención de permanecer en el cargo, como mucho, cuatro años. Se alargó hasta los ocho. He estado tres años intentando buscar a alguien que cogiera el Corellano. Nadie, nadie lo cogió. Terminé los ochos años.Decidí no seguir y tuve que nombrar una junta gestora porque no me siento capacitado de echar las llaves encima de la mesa y dejar el club empantanado. Terminó la junta gestora, intenté buscar a alguien. Apareció un empresario de Corella, que lo quería coger. Cuando faltaba mes y medio, se presentó un grupo formado por socios y padres. Entonces, convoqué elecciones, para que el proceso fuera lo más democrático posible. Dimitimos todos nosotros. Se convocaron las elecciones y ganó Beatriz. Le deseó toda la suerte del mundo. Creo que es corellana, corellana a muerte, y lo hará bien.
La pena que le habrá quedado es que el equipo no ha podido quedarse en la Tercera.
Esa ha sido la gran pena, sí. Sabíamos que al hacer el grupo de dieciséis, con las bajas tan importantes que tuvimos, iba a resultar muy complejo. Ha sido un año muy complicado. Adolfo Echeverría, el entrenador, nos presentó la dimisión. Llamé, no es un número, a dieciocho entrenadores y nadie quería coger el equipo. Vino Salvatierra y, en la segunda vuelta, el equipo reaccionó, consiguió más puntos, pero no fue suficiente. Es una pena.
Si echa la vista atrás, ¿qué recuerdo le queda de su paso por el club?
Con el mayor y principal, sobre todo, que me quedaría, a nivel personal, es haber visto a mi hijo que llegó al Corellano con 17 años. Ha acumulado una buena trayectoria, ha jugado en la Tercera y ha mostrado un gran compromiso. Creo que ha sido un jugador importante en el club. La gran alegría deportiva fue el ascenso a la Tercera. Ver en el campo de fútbol a casi cinco mil personas fue un bombazo. Conseguimos traer a jugadores que era muy complicado. Se preparó un equipo muy bonito, con gente de Corella. Mi intención y la de mis juntas directivas ha sido siempre que hubiera el mayor número posible de jugadores corellanos.
A nivel personal, me quedo con el recuerdo de ver a mi hijo jugar desde los 17 años en el Corellano y el compromiso que ha mostrado
Han coincidido padre e hijo en el club y él se retira este año, ¿os habéis puesto de acuerdo?
No ha sido a la vez, porque yo lo hubiera dejado antes. Mi hijo, a nivel deportivo, creo que se va en uno de los mejores momentos que estaba teniendo. Se va en un buen estado de forma. No es mayor. Tiene 31 años, pero ha decido colgar las botas y hay que respetarle.
Este curso también ha tenido que aceptar la dimisión de Adolfo Echeverría, ¿le resultó muy duro?
Muy duro. Hay dos situaciones, en cuanto a entrenadores, que han sido muy duras para mí. Una fue la despedida del primer entrenador que tuve Chelo González y otra, aceptar la dimisión de Adolfo Echeverría. Teníamos una relación muy estrecha. Él sabe que nunca me he metido en nada deportivo. He respetado a todos los entrenadores, pero la dimisión de Adolfo fue muy duro.
Seguro que también ha tenido muchas alegrías.
Por supuesto, ver debutar a chavalicos con 16 años y después se convierten en jugadores muy importantes para el club es una de las satisfacciones más grandes que tienes.
¿Qué consejo le daría a Beatriz Armendáriz, la nueva presidenta del Corellano?
A Beatriz le deseo toda la suerte del mundo. Yo no quiero compromiso pero ella sabe que me va a tener para todo lo que necesite. Todo lo que ella considere allí estaré.
¿Seguirá viendo al Corellano?
Sí, sí, sí, por supuestísimo. Todos los domingos que pueda, que serán muchos, iré a verles. Ahora podré dedicar más tiempo a la familia. Antes anteponía el fútbol, pero quiero pensar en la familia. Tengo una nietica y eso es lo más grande.