“Hay que bajar el ego y aprender a reírnos de nosotros mismos”

Cervantes se encontrará con su musa hoy en el Festival de Teatro Clásico de Olite. Los responsables de este especial encuentro han sido Juan Cañas Costa, actor de 41 años, junto con su Compañía Ron Lalá, en colaboración con la Compañía de Teatro Clásico. El encuentro es posible gracias a Cervantina, un espectáculo que reune historias breves basadas en las obras de Cervantes, a excepción del Quijote. Así pretenden transmitir el espiritu del escritor. ¿Por qué hacer una mezcla de todos los textos de Cervantes? Es el segundo espectáculo que está basado en textos de Cervantes. En Cervantina el reto que nos planteamos era hacer un espectáculo con todo lo que no sea el Quijote. Hay un par de apuntes nada más. El reto era ver cómo construíamos una obra divertida, interesante, emocionante y bonita de ver con Las novelas ejemplares, los Entremeses, las comedias o los poemas. Si la gente apenas se ha leído el Quijote y presumen de Cervantes. Ya lo que no es el Quijote, ni te cuento. ¿Cuál es el objetivo de esta mezcla de textos? Acercar a Cervantes. Intentar contar la pasión que a nosotros nos ha transmitido. Hay fragmentos de La gitanilla, del Viejo Celoso, El Hospital de los Podridos. Hay una línea que está presente en todo el Quijote que es la libertad. Habla de la libertad y el carácter humanista de Cervantes, el cariño con el que trata a todos su personajes. Cómo los emplea para hacer una defensa de los gitanos y de las mujeres hace 400 años. Hay páginas que no te las puedes creer y dices: ‘Este tío a dónde va con esta manera de pensar tan libre, tan abierta, tan grande, tan humanista, tan profunda’. Es de una altura dramática, filosófica, literaria y a la vez de comedia. Un auténtico genio. Es decir, intentan hacer llegar el pensamiento de Cervantes. Por supuesto. Además de su altura literaria, filosófica y humana, intentamos contar que es un genio absoluto de nuestra cultura. Nos metemos en sus obras y no buscamos sus huesos en la iglesia, que también está bien, pero no vale para nada si no sabemos quién es. Es una pena. Uno de los cometidos que nos planteamos también es homenajear su figura, intentar poner en nuestra boca, intentar ser un amplificador de lo que supone Cervantes para nosotros. Son temas muy actuales. Lo que tienen los clásicos es que son eternos. La idea es rescatar, bucear para ver cuáles son los mensajes profundos que hay detrás de las historias, que son vigentes a día de hoy. Siempre que nos hablen de la libertad, la igualdad, el libre albedrío, del ser humano, respeto a la diferencia, la libertad de pensamiento, el tumbar cualquier idea xenófoba será actual. Cuando tratas estos temas tienes el respaldo de estos textos. No te puedes perder esa línea. Lo llevamos a nuestro terreno y lo convertimos en un espectáculo ronlalero, que tiene además de transmitir todo este pensamiento que tenga un ritmo frenético. La comedia es la protagonista en la que nos movemos muy cómodamente y nos divertimos con la música en directo, que es uno de los sellos de la casa. ¿Cómo lo consiguen? Está construido de forma parecida a los espectáculos anteriores. Aunque de esta obra hemos hecho una versión de textos que no son nuestros. Aún así, nos hemos tomado mucha libertad y creativamente hay mucho puesto por Ronlalá. Dentro de esas diferencias, Un lugar del Quijote fue la primera vez que afrontamos un espectáculo de principio a fin. Contamos historias breves, números cortos. Con Cervantina hemos vuelto a eso. Diferentes piezas cortas unidas entre sí dramáticamente, teatralmente, pero son diferentes números. No hay una historia que empieza y termina. El hilo conductor es el pensamiento, esta manera de pensar de contar, transmitir que tenía Cervantes y que queremos que esté presente. Lo que cambian son las historias, no el mensaje. ¿Cómo son las historias? Realmente, las historias que componen los números son diferentes. Uno de los números es un encuentro de Cervantes con su musa, que es de cosecha propia y que es una licencia que nos hemos permitido. El resto son La gitanilla, El viejo celoso, Rinconete y Cortadillo, El hospital de los podridos. Con esa mezcla de historia subrayamos las historias que nos pegan a nosotros y que nos emocionan. El hilo conductor lo han reflejado como si fuese un virus. Sí. Es una idea que se nos ocurrió como vehículo que atraviesa todo el espectáculo. Causa ataques de cordura, erupciones de cultura y deseos de aventura en busca de la libertad. Los doctores avisan al público de que están infectados. A través de este “virus” no puedes parar de leer, ni puedes parar de ser cervantino. Y a fe nuestra que la gente termina infectada. ¿Qué armas utilizan para “contagiar” a la gente? El sello ronlalero de hacer teatro. Un ritmo muy alto en escena. Por ritmo alto entendemos cambio de ritmo, que no dejen de pasar cosas. Que haya un foco de atención, de interés. Que una cosa siga a la otra y se suceda teatralmente. Otra es la música, que no nos separamos nunca de ella. Compuesta por nosotros y tocada en director. Tenemos una manera lúdica y desenfada de hacer teatro. ¿El humor se puede aplicar a todos los campos o hay alguno que es mejor no tocar? Creemos que se puede aplicar a todo. Precisamente la comedia es una manera de exorcizar el drama, lo negativo y las cosas terribles que ocurren. Más que tener cuidado con qué dices, es con el cómo. A nosotros no nos interesa ser ofensivos y provocadores. Es sano reírse de cualquier cosa. Además, vivimos en un momento bastante complicado. Cuando alguien dice algo y se levanta todo un colectivo por lo que ha dicho... ‘hombre, señores, un poquitín de cintura, de sentido del humor’. Hay que bajar el ego y aprender a reírnos de nosotros mismos. Cuando se bromea y alguien se siente ofendido de su realidad es porque hay algo que no está resuelto.

“Hay que bajar el ego y aprender a reírnos de nosotros mismos”

La Compañía Ron Lalá llevará hoy a las 22.30 horas a escena ‘Cervantina’, un espectáculo en el que mezclan diferentes historias delas obras de Miguel de Cervantes y queintenta de recuperar el mensaje del escritor

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