Una comba, dos pianos y Mozart en una 'performance' en el Conservatorio Superior
Profesores y alumnos participaron este martes en un encuentro a favor del humor y contra el ‘establishment’ musical


- Alba Cidoncha
El sonido de un bombo de cámara, tocado por un alumno de percusión, marca la entrada al Conservatorio Superior de Música de Navarra. Siguiendo el camino de las flechas amarillas que dividen el hall, otro alumno pulveriza gel en las manos de los asistentes, en la botella, una etiqueta en la que se puede leer ‘Sangre’. Enfrente, en una pantalla de televisión, se suceden imágenes de la película Danzad, danzad, malditos. Se trata de Mozart in the CSMN: Music in the hall, la performance que ha creado María Zisi, profesora del Conservatorio Superior, con la colaboración de profesores y alumnos del mismo. “En un mes ha movido a todo el Conservatorio para crear esto”, comentaban alumnos cinco minutos antes de que comenzara la actuación.
El de este martes era “un concierto contra el establishment”, señalaban desde la organización. En un año en el que la pandemia ha modificado nuestras vidas, no querían quedarse sin la oportunidad de poder hacer una especie de concierto. Dos alumnas de primero de piano, Alba Pérez y María Yan Rodríguez, se encontraban en el aula 28.2 del Conservatorio. Para acceder a ellas, después de pasar por el gel desinfectante, un cabo cedido por el Club Naútico de Pamplona ejercía las veces de cuerda. Había que saltar “a la comba”, a ritmo del bombo, para cerciorarse de que cada persona que accedía al concierto cumpliera con la distancia de seguridad. Pero no se trataba de una actuación al uso, si no que, para poder escuchar a las dos pianistas, hubo que dar vueltas por el pasillo de la segunda planta del lugar, cumpliendo con la normativa de no superar el aforo máximo permitido de 4 personas en cada aula del Conservatorio.
El pulso vino dado por el concierto de Mozart, número 19, KV 459. La película y la “sangre” que había en la entrada tiene que ver con “lo que está permitido y lo que no está permitido en épocas difíciles”, señalan desde la organización. La película señala esa época donde los jóvenes buscan felicidad, alegría, amor y vida. La “sangre” como desinfectante, tiene que ver con una serie que hay en Amazon Prime, que se llama Mozart in the Jungle. “Queremos que la gente no crea que somos una burbuja en la que estudiamos Mozart y nos lo quedamos para nosotros. Queremos comunicarnos con el exterior”, señala María Zisi.
Todo el mundo ha querido aportar su pequeño grano de arena a esta innovadora función, desde alumnos participando como público hasta los propios profesores que han dispuesto todo según las necesidades. El hecho de escoger este concierto de Mozart se debe a que, como señalan desde la organización, era el medio ideal que tenía el músico para poder difundir de forma masiva sus habilidades de intérprete y de compositor. La conducta de Mozart, señalan, “transgredía los valores de civilidad establecidos por las convenciones de la época, y las reglas del establishment cortesano”, por ello, han querido hacer una música que invite a la reflexión y la transgresión del entorno que hay ahora condicionado por la pandemia, un entorno “pandémico regresivo” y no muy distante de aquellos tiempos. Finalizaron el concierto al grito de “Humor y música contra el establishment”.